tribuna

Tales de Mileto y el agua

Tales de Mileto enseñó que el origen de todas las cosas era el agua. Su sentencia nos ha sido transmitida por Aristóteles. ¿Enseñaban esas palabras una cosmogonía? (DRAE : Ciencia que trata del origen y la evolución del Universo). Sin duda, Tales marcó un hito científico hace unos 2.500 años antes del presente (unos 500 años antes de C.) al explicar que en la Naturaleza se encontraba el principio de todo cuanto había en el Mundo. En ese sentido trató de buscar explicaciones en la Naturaleza en lugar de en lo sobrenatural incorporando un lenguaje filosófico racional que dejaba atrás los mitos y la religión.

Tales es el primer nombre que se conoce en la historia de la filosofía, la ciencia y la matemática griega. Nació, vivió y murió en la primera mitad del 2600 antes del presente (VI a. de C.) en Mileto una de las ciudades comerciales más grandes de su tiempo situada a orillas del mar Egeo en Jonia (actualmente Turquía). Era una persona dada a la meditación que pudo disponer de cierta riqueza y ocio para conocer mundo y saciar su inmensa curiosidad que compartía con su pueblo. Debió pues de vivir, unos cien años posteriores a Hesíodo, y tal vez contemporáneo de los sacerdotes judíos que escribieron el capítulo primero del Génesis. Tales al poner el agua en el origen de todas las cosas expresó su opinión no muy diferente a la de los mitos orientales que sin duda conocía. También se dice de él que pensó que la tierra en su totalidad flotaba en agua como un madero y que en los terremotos cabeceaba como un navío.

Estas consideraciones previas vienen a cuento de la celebración de un ciclo de conferencias conmemorativo del vigésimo aniversario del Consejo Insular de Aguas de Tenerife que está teniendo lugar en el salón de actos de la Fundación CajaCanarias organizado por el personal del CIATF y dirigido por su director, el ingeniero José Fernández. Este ciclo, coordinado por Francisco Mangas y moderado por Carmelo Rivero, se ha estructurado en cinco sesiones, de las que ya han tenido lugar en los tres jueves precedentes y tendrán lugar los próximos dos restantes del presente mes de julio. En estas sesiones, a las que han acudido numerosas personas interesadas en la temática de la situación presente del agua insular y su futuro previsible, entre ellas técnicos, empresarios y otras, se han escuchado diversas opiniones sobre la situación actual de uno de los principales recursos, sin duda, el más importante de la isla. El programa del ciclo está bien escogido dentro de lo ilimitado que sobre el agua se podría opinar y discutir. Pero sobre la realidad de este recurso quizá lo que más preocupa sean cinco factores: las aguas freáticas insulares están disminuyendo alarmantemente, se gasta más de lo que la meteorología nos suministra anualmente, se despilfarra agua en el uso doméstico, industrial y lúdico, no se reparan adecuadamente las inmensas pérdidas producidas por las deficientes redes de distribución urbanas. Existe en la isla un municipio que pierde el 50% de su agua de abastecimiento por su defectuosa red de distribución. Por último, reiterando mi mensaje en pro de la educación medioambiental, se echan de menos campañas didácticas serias y constantes para promover un ahorro, divulgadas desde la más tierna infancia hasta la más venerable senectud destinadas a un urgente y necesario uso racional del agua por los habitantes insulares y por sus miles de visitantes. En definitiva: el agua es un recurso indispensable pero escaso y no se concibe la vida sin él.

Dedico estas palabras a la memoria de mis insignes amigos Telesforo Bravo Expósito y de Conrado Brier y Bravo de La Laguna, pioneros en el estudio, divulgación de la necesidad de conservación y buen uso de nuestras aguas de riego, industriales y potables.