Durante el pasado julio y con motivo de su vigésimo aniversario, el Consejo Insular de Aguas de Tenerife ha ofrecido un ciclo de conferencias dedicado al líquido elemento, para analizar y reflexionar la labor realizada en estos dos decenios y apuntar las líneas estratégicas del futuro, en especial el nuevo Plan Hidrológico 2015-2021. Han participado profesores y especialistas en materia de aguas cuyos trabajos pueden ojearse en la web del propio Consejo. Como recurso limitado y no siempre renovable, el agua no es un bien como los demás sino un factor condicionante del desarrollo, un patrimonio colectivo que precisa protección y defensa firme. Su abastecimiento en buen estado -según requiere un uso sostenible, equilibrado y equitativo del agua- es un servicio de interés general e incluso un derecho humano reconocido como tal por la ONU desde 2010. En Canarias existe una peculiar cultura del agua diferente de la del resto de España, por las singularidades de su almacenamiento subterráneo, extracción, mercado interior, legislación, utilización y consumo. Si pudiera hablarse de conclusiones, entre lo apuntado en las conferencias figura la impagable y exclusiva aportación de la iniciativa privada en los alumbramientos; el pasotismo y la ausencia de la Administración central en los procesos del agua, salvo en la concesión de expedientes; el lento agotamiento de los acuíferos y el cierre de exploraciones; la implantación progresiva de desaladoras para cubrir el déficit entre oferta y demanda; la necesidad de lograr una mayor eficiencia en los sistemas de saneamiento y depuración, así como en las infraestructuras de abastecimiento para evitar las enormes pérdidas de la red, la contaminación y los efectos de las inundaciones; procurar una mejor gestión municipal y profesional de la oferta pero también de la demanda -que premie el ahorro, sancione el despilfarro y estimule la participación ciudadana en los órganos de decisión que se ocupan del abasto público-, y ayudar a crear una conciencia ecológica y social que lleve a la práctica de un consumo moderado y racional del agua. Queremos abrir el grifo y que no nos falte nunca agua potable, un agua limpia, de calidad y además barata. Pero nos olvidamos de lo que cuesta y de colaborar en su meticulosa utilización.
Agua publicado por Leopoldo Fernández →