Aïda Ballmann: “Me gustan los papeles que lleven a límites emocionales intensos”

AIDA BALLMANN
Aïda Ballmann, actriz. / DA

POR MELANIE REIRIZ

La vida misma ha ido guiando los pasos de Aïda Ballmann (Frontera, El Hierro, 1985) hacia la interpretación. Tras acabar el Bachillerato, en un viaje por Sudamérica descubrió inopinadamente que quería interpretar esa realidad expuesta ante sus ojos. Tras experimentar la vida del circo y el vértigo del teatro, una ruptura sentimental la llevó a darle un giro a su carrera y pasarse al cine. Ahora, con Camino de tierra, se atreve también tras las cámaras. Llena de proyectos, en octubre la veremos en una serie de televisión para Antena 3 y pronto rodará con Roberto Chinet. La pasada semana pudimos verla en varios cortometrajes en el marco de la décima edición del Festivalito de La Palma.

-Acaba de rodar varios cortometrajes en el Festivalito de La Palma, entre ellos, La paradoja de la calle Real. ¿Cómo ha sido la experiencia?

“Siempre había escuchado muy buenas críticas sobre el Festivalito y tenía muchas ganas de venir, pero con la crisis no fue posible hasta ahora. Me contactó un director que no conocía, Selu Vega, y me propuso un guión. Artísticamente nos entendimos enseguida y, de una idea, surgió algo muy natural y bonito junto a un gran equipo”.

-Recientemente viajó a Gambia y Senegal para grabar Camino de tierra, un cortometraje documental. ¿Por qué decidió ponerse detrás de la cámara?

“Surgió sin buscarlo. En ese momento no había nada que me motivase laboralmente. Necesitaba viajar. Hablé con una amiga con familia en Gambia y decidimos grabar allí. Además, mis padres, antes de que yo naciera, vivieron en el sur de Senegal y quería investigar ese pasado. Fui descubriendo a la gente con la que convivieron y, tras más de 30 años, todavía se acordaban de ellos. Me di cuenta de que una parte de la educación que recibí tiene mucho que ver con el estilo de vida africano. Admiro mucho aspectos de su forma de vida, como ser felices con poco. Es algo muy puro que nosotros, con el materialismo, hemos perdido. Quise recoger lo que había aprendido y transmitirlo a través de la palabra y las imágenes, por lo que empecé a escribir un guión que está en fase de edición”.

“Viajé a Gambia y Senegal para investigar el pasado de mis padres”

-Con esa misma compañera de viaje, Eva Gamallo, inició el proyecto Movie replay, donde reinterpretaban escenas de películas y las compartían en las redes sociales.

“Fue muy interesante. Surgió porque queríamos probar nuevos estilos con diferentes directores y porque, a nivel actoral, no habíamos tocado todos los géneros y deseábamos investigar en ese sentido. Lo hicimos desde el corazón y por eso lo valoro muchísimo. Grabamos unos cuantos vídeos, algunos pendientes de estrenar, pero hemos cerrado ese proceso porque sentimos que necesitamos progresar”.

-Entre los géneros que no ha tocado y que más le apetecería probar se encuentran las películas de acción o aquellas con tintes futuristas. ¿A qué se debe esta atracción?

“En el caso del cine futurista se debe a que, como todavía esa realidad no existe, hay que aportarle mucha imaginación aunque te bases en la realidad como punto de partida. También me atraen las películas de acción protagonizadas por mujeres y me veo a mí misma haciéndolas. Tengo mucha adrenalina. Desde pequeña he hecho locuras. Recuerdo a mi madre volverse loca cuando me veía escalar paredes, pero yo no podía evitarlo”.

-Siempre está buscando superar sus límites. ¿Hasta dónde quiere llegar Aïda Ballmann?

“A medida que avanzo tengo más confianza en mí misma. Siempre he tenido ese espíritu de superación. No sé si eso tiene un límite o no porque, cuanto más lo trabajo, más se abren las fronteras. Debo ser humilde para seguir aprendiendo”.

-Su aspecto dulce no la limita y ha demostrado que también puede ser una malvada convincente. ¿Qué tipo de papel conformaría un reto personal?

“Me interesan mucho los que me lleven a limites emocionales muy intensos. Me gustaría interpretar a una mujer que haya sido un referente. Me encanta Frida Kahlo y, aunque no tenga nada que ver físicamente con ella, adoro lo luchadora y pasional que era, cómo vivía el amor por todos los poros. No podría vivirlo como ella pero se merece todo mi respeto”.

-Ha participado en un largometraje de divulgación científica, La velocidad de nuestros pensamientos (2014), que se estrenará en noviembre y que ahonda en teorías astrofísicas. ¿Comparte este tipo de intereses?

“Hasta ese momento no, aunque siempre te planteas qué hay ahí arriba, pero este personaje me hizo enfrentarme a astrofísicos con toda una vida de investigación detrás, lo que cambió mi perspectiva. Me sentí como un granito de arena que no es relevante en el universo, aunque cada persona es única y está aquí por alguna razón. El hecho de entender más el universo hace que lo vea todo más relativo”.

“Quise recoger lo aprendido y empecé a escribir el guión de ‘Camino de tierra”

-¿Tras el exitoso periplo por festivales de The extraordinary tale se siente ahora mejor posicionada en el cine español?

“Sí. Fue mi carta de presentación. Antes había tocado muy poco el cine. Venía del teatro y el circo y fue la primera vez que me puse a prueba. Al buscar mis límites vi que también valía para un papel protagonista. Puedo desarrollar un personaje con su vida emocional e intelectual, imaginarlo y recrearlo. Me gusta ser profesional en lo que hago. El talento es importante, pero el trabajo lo completa”.

-¿Qué es lo que más valora a la hora de escoger o no un guión?

“Que me despierte un mundo de fantasía y consiga que me sienta identificada con el personaje. Si no lo visualizo, algo falla. El guión es la base de una buena película y hay que realizar muchas versiones hasta lograr el definitivo”.

-Asegura que su pasado en el mundo del circo como funambulista influyó notablemente en su faceta posterior de actriz. ¿En qué sentido?

“El funambulismo me ayudó a preparar la concentración para enfrentarme a los personajes. Observo las escenas desde fuera y analizo lo que he hecho bien y mal. Todo eso el espectador y la cámara lo notan. Mi reto como actriz es llegar a olvidarme de mí misma al meterme tanto en un personaje”.