SANIDAD

Sanidad obliga a declarar los casos de intoxicación por ciguatera

La mayoría de los afectados consumió medregal infectado y pescado en aguas próximas a Canarias. / DA
La mayoría de los afectados consumió medregal infectado y pescado en aguas próximas a Canarias. / DA

La intoxicación alimentaria por ciguatera se ha convertido ya en uno de los principales enemigos de Sanidad en las Islas, después de que a finales de 2008 y principios de 2009 se detectaran dos brotes asociados al consumo de pescado de la especie medregal capturado en aguas cercanas a Canarias. Desde entonces, según datos de Salud Pública, 62 personas resultaron afectadas por la toxina, lo que convirtió al Archipiélago en la primera comunidad autónoma en notificar casos autóctonos de una enfermedad frecuente en los trópicos pero no en España, ni siquiera en Europa.

Por este motivo, y por indicación del propio Ministerio, la Consejería de Sanidad del Gobierno regional ha incluido en el sistema de Enfermedades de Declaración Obligatoria (EDO) a la intoxicación alimentaria por ciguatera, con el objetivo de registrar todos los casos que se vayan produciendo en las Islas y realizar un seguimiento exhaustivo -tanto de los casos confirmados como de los sospechosos- para conocer la evolución de esta enfermedad en el Archipiélago.

El Boletín Oficial de Canarias (BOC) publicó ayer la orden que consolida este cambio, rubricada por el consejero Jesús Morera. Dicha declaración reafirma la batalla iniciada hace cinco años por la Dirección General de Salud Pública, que ya puso en marcha un protocolo específico enmarcado en la Red Canaria de Vigilancia Epidemiológica. En virtud de ese protocolo, ya se estableció la declaración obligatoria y urgente de todos los casos que fueran atendidos en la red asistencial y en la recogida de los datos epidemiológicos del afectado en una encuesta epidemiológica específica. Con esta nueva decisión, cualquier profesional médico de las Islas que detecte un caso compatible con la ciguatera lo deberá declarar obligatoriamente y, de esta manera, se irá configurando un registro especial que permitirá a Salud Pública hacer un seguimiento más profundo.

La mayoría de los casos clínicos que genera la intoxicación por ciguatera no son graves ni precisan ingreso hospitalario, pero sí son aparatosos debido a la presencia, además de vómitos, náuseas, diarreas y dolor abdominal. Además, pueden aparecer síntomas neurológicos como parestesias, inversión de la sensación térmica y dolor y debilidad en las extremidades, que pueden persistir durante meses. La prevención está basada en controlar en los puntos de primera venta las especies pesqueras susceptibles, a priori, de ser portadoras de ciguatoxinas, antes de su incorporación a la cadena alimentaria.