CINE

Haliam Pérez: “Me parecía esencial contar una historia de Cuba donde no aparecieran los tópicos sobre mi país”

Haliam Pérez presentó en el Festivalito de La Palma su  primer documental, Marina. / BR
Haliam Pérez presentó en el Festivalito de La Palma su primer documental, Marina. / BR

Por Benjamín Reyes

Haliam Pérez (La Habana, 1982) presentó en el X Festivalito de La Palma su primer largometraje documental, “Marina”, un trabajo “cautivo”, que nos introduce en la casa de una familia cubana de La Habana, lejos de los tópicos turísticos. Formado en la Universidad Pompeu Frabra de Barcelona, donde ha tenido como profesores a José Luis Guerín y Mercedes Álvarez, su trabajo previo lo encontramos en los cortometrajes documentales “Rosa” (2010), “Caballo y fuego” (2011) y “Recién llegados” (2012). En “Marina” somos cómplices de la cotidiana existencia de una familia, que encierra episodios biográficos que salen a la luz a través de las preguntas del director-familiar. Atesora verdaderos momentos emotivos, que conectaron con el público palmero. Estrenada en el Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria en el mes de marzo, donde se alzó con el premio Canary Island Connection, su próxima proyección será en el marco de la Muestra de Cine Independiente Cubano de Barcelona en octubre.

-¿Cómo afronta la experiencia de rodar, montar y exhibir un cortometraje en menos de una semana?
“En principio no lo iba a hacer porque estoy saturado de trabajar. Mi expectativa inicial era la de sentir el feedback del público y conocer gente de diversas partes relacionadas con el sector audiovisual. Al día siguiente de que anunciaran el lema Ave Feníx se me ocurrió una pequeña idea para un micro documental que consiste en preguntar una sola cuestión a varios de los directores que han venido al Festivalito, en una sola localización”.

-El lunes 27 de julio se proyectó “Marina” en el Circo de Marte de la capital palmera. ¿Cómo sintió la reacción del público?
“Estoy encantado. Iba con unas expectativas bastantes bajas. Pensaba que iba a ir poco público porque a las personas que habíamos avisados no pudieron acudir, pero me sorprendió la afluencia. Me sentía halagado por la reacción del público. La ventaja del Festivalito respecto a otros festivales de cine es que le dedica más tiempo al coloquio con el público. Lo que más me ha gustado es que personas de diversas personalidades son capaces de proyectarse en la película. Mi temor inicial es que fuera un filme especialmente cubano. Creo que la película ha conseguido que los espectadores se identifiquen con ella. Parte del público se ha acercado a mí para decirme que le recordaba a su propia familia”.

-¿Qué valor le concede al Festivalito de La Palma?
“Me parece esencial que existan festivales como este. Creo que es único lo que pasa aquí. El tiempo en La Palma se detiene, lo que te facilita el encuentro y se posibilitan nexos para futuros proyectos”.

-¿Cómo cubano emigrante que ha regresado a Cuba trece años después, ¿qué diferencias detectó a su regreso?
“Cuando me fui de Cuba se estaba viviendo el denominado periodo especial, en los 90, que fue la época de los balseros. Conocía a algunos de ellos y varios desaparecieron. Fue una época muy dura. A mi regreso, en el 2010 tuve dos sensaciones. En primer lugar sentí que no me había ido nunca. En segunda instancia, noté que la calidad de vida, en general, había mejorado un poco”.

-Da la sensación de que Cuba durante largas décadas se detuvo en el tiempo.
“Cuba es un país extraño, que durante mucho tiempo estuvo detenido en el tiempo. Ahora la actual situación política es irónica. Para aquellas personas que han estado luchando contra el imperialismo americano con la intención de cambiar el modelo del mundo incluso es una ofensa. Hay que tener presente que la intención última de la revolución cubana es modificar el mundo”.

-¿Cómo está viviendo los cambios políticos en Cuba?
“A mí me preocupan, principalmente, las personas. Los políticos tienen otras preocupaciones y defienden otros intereses. Para personas como mi tío Jacinto, que aparece en la película, que ha sido militar y se ha formado en la Unión Soviética como espía para contrarrestar el imperialismo americano resulta irónico que sesenta años después ahora seamos amigos y tengamos embajada. Se debería de hacer una segunda lectura, si este aperturismo contribuye a que la vida media de los cubanos mejore, entonces es necesario”.

-“Marina” es un documental “cautivo”, en el sentido de que la cámara casi no sale de la casa familiar. ¿Esto era algo intencionado?
“Por supuesto. Siempre me han interesado las películas que en un solo entorno son capaces de contarte toda una historia. Lo que no quería era sacar en mi película el malecón. Me parecía esencial contar una historia de Cuba donde no aparecieran los tópicos sobre mi país. Existen una serie de imágenes que se han convertido en iconos turísticos. Por eso era importante trasladar la historia a un espacio íntimo de una familia cubana para obligar al espectador a entrar en la casa. Mi objetivo primordial es que la gente que no conozca Cuba, conociera a una familia cubana, dos de cuyos rasgos comunes son la quiebra que produce la inmigración y que algunos de sus integrantes sea militar o haya formado parte del partido”.

– “Marina” es un homenaje a su abuela, Caridad Pérez Marina.
“También es un símbolo. No es solo un homenaje de un nieto a su abuela. Existe una voluntad de contar cuales son las cosas importantes de la vida y esas las engloba muy bien mi abuela Marina a través de sus valores familiares, en contraposición a ese afán de querer modificar el mundo”.

-¿Cómo convenció a su familia para embarcarla en este proyecto?
“Fue bastante sencillo. Simplemente les dije que quería hacer una película en la que ellos eran los protagonistas. Hacía muchos años que no los veía con lo que la idea del reencuentro para hacer algo en común era interesante”.

-¿La han visto?
“Sí, mi abuela ha venido dos veces a España. Le organicé un pase privado con familiares y amigos en Las Palmas de Gran Canaria y grabé el proceso de visionado. Pude grabar sus reacciones ante la película, como se entusiasmaba en unos momentos o cómo se trincaba en otros, incluso lloraba. Después de la proyección me dio un abrazo y me dijo que le había encantado. Lo cual agradecí mucho porque no quería que sintieran que los estaba exponiendo”.

-¿Qué hay de documental y qué hay de preparación en “Marina”?
“Creo que no puede haber documental sin preparación. Fui a Cuba un año antes para documentarme. La segunda vez ya tenía muchas secuencias claras. En la vida familiar las cosas son muy repetitivas, solo era cuestión de esperar. En el rodaje solo estuvimos dos personas, Rubén Margallo, que se encargaba del sonido, y yo. Estuvimos en la cada dos meses y medio para grabar unas 40 horas”.

-¿Su familia pertenece a la clase media cubana?
“Hace 10 años te hubiera dicho que sí, pero Cuba está cambiando mucho y ahora se está aseverando la distancia entre las clases sociales. Hay gente que vive muy bien, con niveles similares a los europeos, y también hay un sector social muy marginal. Mi familia tiene el sostén de los familiares que estamos fuera”.

– ¿Por qué decide ser la voz en off?
“Fue una decisión difícil, pero creo que acertada porque justificaba de dónde surge el filme. El hecho de quién la cuenta le otorgaba autentificación”.

-¿Por qué figuran en los agradecimientos Mercedes Álvarez y José Luis Guerín?
“Mercedes fue la que provocó esta película. Este es un proyecto que se desarrolló en el máster de documentales de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Además asistió a parte del montaje y me ayudó a distanciarme del material. A Guerín le proyecté un pase privado y me hizo recomendaciones muy buenas que propiciaron que la película mejorara”.