cuadernos de áfrica

Ahí os ahoguéis – Por Rafael Muñoz Abad

Esta modesta columna nació con la aspiración de acercar al lector cuestiones de índole africana e intenta mantener un complejo equilibrio entre la historia, las experiencias propias o la actualidad. Con mucho que contar aún del último gran viaje, me percato y preocupo por el vacío informativo que sufre Libia. Una bomba de relojería en el bidet de Europa.

Francia lideró aquella irresponsable cruzada para catalizar el fin de Gadafi justo cuando se había vuelto “bueno”. El resultado ha sido un estado a la deriva fragmentado en reinos de taifa y gobernado por una plétora de caudillos. Los ingentes arsenales libios se vaciaron armando a decenas de facciones. Un mapa del caos donde incluso el Estado Islámico tiene su consulado.

Existen ciertas similitudes entre Libia y Somalia como ejemplos de estados fallidos; el riesgo estriba en que de Trípoli a Roma apenas hay dos horas de avión…La primera derivada de la ausencia de gobierno es que el vacío ha sido ocupado por señores de la guerra que, respaldados por las armas y el petróleo, se han hecho fuertes y socialmente aceptados; ya está puesto el cimiento del próximo tirano. A la par, la penetración del crimen organizado en el país es evidente. Las mafias que controlan los pasillos del Sahel y regulan el tráfico de personas tienen en Libia uno de sus centros operativos, siendo el contrabando de armas y drogas las otras dos carteras que manejan.

Cuando algún iluminado propuso bombardear los puertos libios para acabar con las flotillas de los náufragos y así cortar el flujo de inmigrantes hacia Italia y Malta, el arrabal ético y moral que es la Union Europea terminó de certificar su fracaso institucional. ¿Seguridad o solidaridad?; ¿cuál debe ser la prioridad? Ahí os ahoguéis o que os recoja la Guardia Costiera italiana; esa parece ser la política de inmigración en Bruselas. Libia está infectada de corrientes islamistas que aprovechando el vacío ejecutivo y el desgobierno pos guerra civil, han encontrado un santuario a las mismísimas puertas de Europa. Las agencias de inteligencia lo saben y, allí, a pie de ruina, trabajan para que no lo acabemos pagando en Paris o Roma como ya lo sufrieron en Túnez.

*CENTRO DE ESTUDIOS
AFRICANOS DE LA ULL.
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