A finales del pasado mes de julio se reabría al tráfico la carretera de acceso a Punta de Teno (TF- 445), después de permanecer casi dos años cerrada por obras de mejora de la seguridad. Ahora, el Cabildo tiene previsto volver a actuar en la vía con el fin de finalizar las labores necesarias de rehabilitación. En concreto, el área de Carreteras planea licitar en las próximas semanas, por la vía de urgencia, el asfaltado de esta infraestructura -una de las labores que quedó pendiente en la ejecución anterior- cuyo presupuesto ascenderá a alrededor de 700.000 euros.

La directora insular de Carreteras del Cabildo, Ofelia Manjón, explicó a DIARIO DE AVISOS que la intención es ejecutar este proyecto entre finales de este año y principios de 2016, ya que uno de los principales inconvenientes de actuar en esta zona de la Isla son los problemas meteorológicos y más en los meses de invierno, que podrían, como ya sucedió en la obra anterior, demorar los trabajos.

El proyecto, que ya ha sido tomado en consideración por la Institución insular, tiene un plazo de ejecución de dos meses, aunque aún no hay fecha de inicio de los trabajos. Manjón explicó que una vez comience la obra la vía cerrará al tráfico en algunos momentos del día, con el fin de que pueda actuar la maquinaria. Aún así, no sucederá como en la ocasión anterior, ya que pese a estos momentos puntuales, se permitirá el tránsito por la carretera, tanto a los trabajadores de la zona como a vecinos y visitantes.

En cuanto a las quejas surgidas con la apertura en julio de la carretera mientras se ejecutaban algunas labores, la directora insular reconoció que durante una semana hubo un pequeño problema pero se logró resolver. “Cuando se puso en servicio faltaban algunos remates en varios puntos de la ladera pero se decidió abrir porque pensamos que la gente quería disfrutar de la zona”, aclaró la responsable insular, a la par que matizó que esos problemas se localizaron solo en la primera semana.

En septiembre de 2013, el Cabildo tinerfeño decidió cerrar la carretera de acceso a Punta de Teno para llevar a cabo una actuación de mejora de la seguridad vial, debido al elevado riesgo de desprendimiento que presentaba en ese momento. En este tiempo se ejecutaron dos fases de la obra a lo que se destinó un presupuesto de cerca de 1,5 millones de euros. La principal actuación consistió en el refuerzo de las laderas y la colocación de mallas de seguridad, con el fin de evitar que las piedras cayeran en la vía.

Incluso, debido a la dificultad de las labores, tuvo que participar un helicóptero para las zonas más elevadas. Antes de la actuación, el riesgo de esta carretera ascendía, según las estimaciones insulares, hasta casi el 70%, pero con las obras se redujo de forma significativa, llegando, aproximadamente, al 30%, dejando al margen el salto de agua , en donde sí hay un riesgo mayor.

Los principales motivos que causaron el retraso fueron las dificultades meteorológicas, ya que el viento y la lluvia impidieron durante muchos días el trabajo en la zona. Además, para la segunda fase hubo que expropiar dos parcelas privadas.