SIN OBJETIVIDAD

El caso en el que todos tienen razón

Bajan las aguas revueltas en el baloncesto de formación. La obligación de tener que abonar 48 euros por cada deportista, sea de la edad que sea, en concepto de seguro para la próxima campaña ha molestado a clubes y padres, que son al final los que sostienen el deporte de cantera, al considerarla, porque lo es, una subida desproporcionada con respecto al curso pasado.

La realidad es fría. Ninguna aseguradora estaba dispuesta a mantener el mismo precio del año pasado porque no le resultaba rentable, más bien todo lo contrario, y especialmente en algunos tramos de edad, donde las incidencias son tan numerosas como costosas.

Ante esa situación poco se puede hacer, más que tratar de buscar un seguro lo más asequible posible. La Federación Canaria de Baloncesto ha actuado en consecuencia y, como ha admitido Manolo Gómez, su presidente, que clubes y padres estén enfadados es comprensible aunque resulte evidente que la Federación poco más puede hacer. Parecen tener razón.

Las entidades deportivas bastante tienen con sacar a competir a sus equipos, con intentar que cada vez más niños puedan jugar a baloncesto, algo que quizás este año no es así y asistimos a un descenso de licencias, encontrándose con cada vez menos subvenciones y viendo que es casi un castigo clasificarse para campeonatos de Canarias y España por el coste de los mismos. Ellos también tienen razón.

Por último, los más importantes, los padres, que son los que ven como cada año deben de pagar fichas, cuotas, rifas, loterías de Navidad, campus y, ahora seguros más caros, para que sus hijos disfruten de algo tan recomendable como es el deporte a estas edades. Saludable, pero no barato, ni siquiera asequible teniendo en cuenta la subida de precios de los últimos años. Posiblemente sean los que más razón tienen de todos.

Pero, el tema de los seguros es también un tema de responsabilidad individual. Teniendo todos su parte de razón, y sin generalizar, el principal motivo de que las pólizas se encarezcan de una manera tan importante es el mal uso que se hace de las mismas en ocasiones. Vistas las cifras, en demasiadas ocasiones.

La póliza indicada para la lesión del niño sirve para atenderlo de otras cuestiones y eso es lo que las aseguradoras, que, obviamente, están para poder ganar dinero, no consienten. Teniendo en cuenta que los actores antes enumerados tienen razón en buena medida, lo más conveniente sería aplicar esa razón para atajar el problema y que así, y eso sí sería un una situación muy grave, dentro de un verano no estuviéramos hablando de algo más importante: que nadie quiera asegurar al baloncesto base. Seguramente las críticas que vendrían tendrían razón, pero, desafortunadamente, valdrían de muy poco.