altos vuelos

El éxito y la ingratitud – Por Tomás Cano

El transporte aéreo, por qué no decirlo, sus gentes, aquéllos a los que ensalzo cuando digo que sostienen las empresas. Esos personajes en general están llenos de ingratitud; alcanzan las más altas cuotas del olvido.

Cuando tenías el poder de que con una palabra pudieran habilitarse como pilotos, ser azafata, mecánico, en fin cuando podías encaminar sus vidas hacia una vida profesional y guiarlos para que por sí solos alcanzaran la posibilidad de sustentarse y mantenerse por sí solos, el porcentaje de ingratitud, olvido, odio y rencor es cada vez mayor porque no son capaces de reconocer, que otro ser humano los ha guiado hasta dónde hoy están. Yo tengo una máxima: si alcanzas el éxito, es porque en algún lugar, en algún momento alguien te dio un empujón en la vida, aunque solo fuera una idea y comenzaste en la dirección correcta. Recuerda también que estás en deuda, y sigues estando en deuda, con la vida hasta que seas capaz de ayudar a alguna persona, menos afortunada y nunca olvides que a ti te ayudaron.
Yo siempre estaré en deuda con los que me ayudaron y cuando han estado en una situación lamentable es cuando más los he ayudado. Nunca olvides que la clave de la vida es aceptar los desafíos. Una vez que dejas de hacerlo estas muerto.

Yo espero un nuevo desafío porque no quiero que la muerte me arrebate el sentido de la vida, que son mis desafíos, mis sueños, mi fe en la humanidad, aunque generalmente la humanidad se empeña en defraudarte.