tribuna villera

Galeano y Pinolere

Septiembre es un mes interesante, como todos los del año, pero en nuestro caso es el más llamativo de 2015. Primero por Galeano y luego por Pinolere. El jueves día 3, porque nació en el Cono Sur, en Montevideo, hace setenta y cinco años, Eduardo Galeano, el maestro que “vivirá en la memoria de los nadies”, como bien escribiera en la isla de La Palma un grafitero anónimo en una pared junto al camino, cuando se enteró de la marcha primaveral del autor uruguayo, al que le gustaba ser amiguero, y el fútbol, los días y los abrazos, la justicia y la equidad, los humildes de la tierra. El viernes, 4 de septiembre, porque se cumplieron treinta años de la feria artesanal del barrio orotavense de Pinolere, al que siempre le ha gustado forjar historias con el agua y la agricultura a pesar de su paradójico aislamiento, entre Hacienda Perdida y Aguamansa. La fe y la tenacidad de sus gentes han servido para colocarle en el mapa de Canarias, en la lista de la Cultura Popular gracias a hombres como Esteban, Toribio, Juan y Pedro, y a mujeres como doña Gregoria y Benedicta, entre otros. Hoy a Leoncio, Falo y Jesús.

Hablando de historias tenemos que reconocer las buenas lecciones que en estos días hemos recibido por culpa de Galeano y de Pinolere. La primera, impartida por el profesor y filólogo José Javier Hernández la noche del pasado 3 de septiembre en el IEHC cuando nos recordó la figura del ínclito escritor uruguayo y su apasionada biografía, mitad política mitad religiosa, y su participación en conformar El espíritu de La Restinga la noche del 29 de febrero de 2012, al igual que la nonagenaria cubana Thelvia Marín, al enviarnos una llama silenciosa, volcánica y energética, para superar con resiliencia la crisis generada por el volcán submarino nacido en El Hierro.

La otra lección de historia popular la impartió la amiga Milagros Luis Brito, también portuense como el profesor JJ, en un artículo que apareció en la prensa de Gran Canaria cuando nos habló del papel desempeñado por Pinolere a la hora de contribuir a conformar los contenidos educativos de cultura popular canaria que necesitamos en las escuelas del archipiélago, en línea con las declaraciones de Aurelio González, responsable de la cultura canaria, al presentar hace unos días la revista El Pajar en el Ayuntamiento de la Villa, y de José Pedro Suárez, portavoz de la comunidad rural de la Aldea de San Nicolás cuando recibieron el reconocimiento de Cho Feriantes de Honor. Está claro que Galeano y Pinolere han contribuido a aumentar el conocimiento de las gentes en cultura popular.