después del paréntesis

De Guatemala a Guatemejor (II)

Lo expuse antes e insisto: Guatemala, vistos sus ejemplos brindados últimamente al mundo en general y Latinoamérica en especial, debiera rebautizarse Guatemejor. Pues si por aquí “no renuncia ni Dios” -ni se le juzga- pese a estar involucrado en presunta corrupción, prevaricación, nepotismo y otras ‘pequeñeces’, en Latinoamérica menos aún. Pero Guatemala, respetando procedimiento constitucional y presunción de inocencia, por probable corrupción destituyó y juzga a sus ya expresidente y exvicepresidenta. Horas después votó en paz.

En suma, un país pequeño que hasta hace poco ignoraba el genocidio que padeciera y la masacre en la Embajada de España, es ahora modelo de respeto por sus instituciones y la voz de su sociedad, como no vemos en países vecinos -algunos poderosos- donde algunos gobernantes, embriagados de poder, sojuzgan Justicia y Parlamentos; arrestan o asesinan opositores; silencian prensa y reprimen protestas sociales. Otros, más tolerantes, no se dan por enterados pese a ser corresponsables por callar.

Visto el ejemplo de Guatemala (o Guatemejor), solo por detallar los casos más notorios, en Argentina Cristina Kirchner debiera estar siendo juzgada por la causa Hotesur; en Venezuela Nicolás Maduro por presunto vaciamiento de Pdvsa; en Brasil Dilma Roussef por el caso Petrobras, los contratos para infraestructuras del pasado Mundial de Fútbol y de próximos Juegos Olímpicos; o en México Enrique Peña Nieto, ante su curioso apuro por tercerizar Pemex y cerrar la investigación del asesinato de 43 estudiantes.

Todos ellos ven a la democracia como algo al servicio de unos pocos y, hasta “secar la vaca”, hacen lo imposible por conservar el poder inclusive callando la corrupción que les rodea, humillando así a sus sociedades, pues ahora el ejemplo a seguir en lo democrático-institucional lo da un pequeño país que, cuando hablamos del últimamente, es cada vez Guatemejor.
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