Rocío Aparicio: “Canarias puede ser un gran destino para el turismo de bodas”

Foto FRANCISCO FERNÁNDEZ
Foto FRANCISCO FERNÁNDEZ

Por Verónica Martín

Cuando hablas con Rocío Aparicio hay algo que no puedes dejar de mirar: su sonrisa. No solo es perfecta sino que es contagiosa. Habla suave pero rápido… y eso ya da un poco de pistas sobre ella: es creativa y ansiosa. Rocío Aparicio es la directora creativa de Alma Salada, una empresa de organización de eventos que está dando mucho que hablar en los últimos años especialmente por esas bodas con encanto que son capaces de organizar.

-¿Por qué Alma Salada?

“Surge ya hace unos cuatro años cuando Airam, mi pareja, y yo empezamos a hablar de las cosas que nos gustaría hacer. En esa época estudiaba Derecho y siempre tenía la espinita de hacer cosas con mis manos: empezamos a idear tazas, pulseras… y objetos cuando ni siquiera Míster Wonderful estaba tan en auge como ahora. Esa actividad fue yendo a más y empezamos a decorar y a organizar pequeños eventos familiares. En esa época empecé a trabajar en una tienda de decoración en Santa Cruz de Tenerife pero siempre con la mirada y las ganas de hacer realidad todo lo que tenía en mi cabeza”.

-¿Descubrió su pasión?

“Sí. Descubrí mi pasión y me especialicé fuera haciendo cursos de eventos y bodas. Estudié el sector con los directores de la empresa Bodas de cuento que son un referente en este mundo y han apostado mucho por nosotros pues no habían tenido alumnos canarios. Así empezamos y los dos últimos años hemos tenido un subidón bestial porque los clientes no solo han repetido sino que, además, nos han ido recomendando a su entorno”.

-¿Cuál es la clave de ese éxito?

“Siempre estamos intentando buscar cosas nuevas. Nos queremos diferenciar y ofrecer últimas tendencias y diseños en organización de bodas que tenga cabida en Canarias, que somos siempre los eternos olvidados”.

-¿Por qué bodas? ¿Es una buena oportunidad de negocio pese a la crisis?

“La gente se sigue casando. Es un buen nicho de mercado. Siempre está en auge y no paramos de conocer novios”.

-Pero… ¿qué les diferencia a ustedes de las empresas tradicionales de organización de bodas?

“Bueno, aparte de la creatividad, nuestra filosofía no es trabajar sin comisiones a los proveedores o fincas donde trabajamos. Todo lo contrario, cobramos solo por el trabajo que realizados y tenemos varios paquetes de servicios que van desde solo la decoración hasta la coordinación de todo: nos encargamos de todo, del vestido de la novia, de contactar con proveedores de iluminación, música, etc. y no cobramos comisión por eso”.

-¿Esa forma de actuar qué garantiza?

“Para nosotros es muy importante trabajar con un buen equipo. No seleccionamos nuestros propios proveedores en función del acuerdo que tengan con nosotros, sino del trabajo. Nos gusta hacer equipo con gente como la fotógrafa Deborah Torres de Lima Limón; el cocinero Lucas Gamonal o la repostería de Free Heart… En nuestro equipo, mi hermana Elena se encarga del diseño gráfico y siempre está aportando ideas; luego tenemos a Domingo que es nuestro ‘ingeniero’ el que nos ayuda a construir todos los elementos de decoración… contar con ellos es una gran ventaja”.

-¿Un grupo de nuevos emprendedores ha venido a revolucionar el mundo de la organización de bodas?

“Somos gente que queremos hacer las cosas diferentes. Antes todas las bodas eran como de catálogo. Nosotros hacemos que cada boda represente a la pareja que se casa”.

-¿Cómo evitan esa sensación de que todas las bodas son iguales?

“Para nosotros, cada historia es un nuevo diseño. En el pack de decoración no tratamos solo de que quede bonito sino de añadir detalles que tengan que ver con momentos especiales de esos novios. Por ejemplo, para unos novios (María José y Javier) era muy importante agradecer a los invitados que estuvieran allí porque venían muchos de fuera y preparamos unas bengalas que decían ‘Gracias por iluminar nuestro día’… y fue muy emocionate. Fusionamos muchas de las ideas que las amigas de la novia le enviaban… Personalizamos todo. Otra cosa es que sabemos que no hay que gastar tanto dinero para hacer una gran boda. Hay gente que nos viene diciendo que para casarse hay que pedir 30.000 euros al banco y eso no lo permitimos… se pueden hacer cosas muy chulas adaptadas a todos los bolsillos”.

-¿Y la de ustedes?

“Todavía no tenemos tiempo de prepararla… tenemos mucho amor. Estamos ‘a tope de amor siempre’ y llegará”.

-¿Será complicado subir el nivel tras preparar tantas de otras personas?

“Aunque esté acostumbrada a hacer grandes eventos de 200 o 300 invitados, también tenemos bodas muy pequeñas de 30 personas que son muy bonitas. Nosotros quizá queremos algo más sencillo, un pequeño brunch y poco más”.

-Y… la parte empresarial, ¿Cómo logra que los números salgan?

“Airam es la parte más administrativa y es quien tiene todo al día. Yo llevaba compatibilizando esto con mi trabajo hasta hace dos meses… me levantaba a las seis para hacer presupuestos y luego estaba hasta la una de la mañana organizando todo… cuando vi que la idea era sólida, dejé mi trabajo. Ha sido duro pero ha merecido la pena y el apoyo familiar ha sido muy importante… también han sido esenciales los compañeros de profesión que nos han acompañado y que solo tienen palabras buenas para nosotros. Con estos pequeños apoyos, todo sale porque nosotros sabemos que nosotros crecemos, los de alrededor también crecen”.

-¿Qué es lo más difícil como empresaria?

“La decisión de dejar una vida estable por lanzarme a mi propio proyecto. Eso fue complicado porque mucha gente se llevaba las manos a la cabeza. Creo firmemente en que hace falta en Canarias referentes que hagan cosas así y creo que podemos llegar a tener proyectos muy grandes. Nos hemos visto muy atados por los problemas burocráticos, hemos tenido que costear asesores, plan de empresa, imagen corporativa… tuvimos que comprar atrezo, invertimos dinero en, por ejemplo, las letras iluminadas que utilizamos en nuestras bodas… página web, redes sociales, publicidad… pero, a pesar de esto, hemos sobrevivido y el resultado ha sido siempre excelente”.

-y… el sector ¿cómo ha asumido la llegada de empresas como la suya?

“Mal. No ceden a las nuevas formas de trabajar. Nos encontramos cosas como que hay hoteles que quieren cobrar un extra porque un camarero encienda las luces de una mesa o apague las de la piscina… Hay contratos blindados en ciertos hoteles o ciertas fincas y no te dejan trabajar allí porque dicen que ellos dicen que ya ofrecen lo mismo… Pero, tenemos claro que hay sitio para todos. Cuando hicimos el plan de empresa fui a las estadísticas oficiales de casamientos y me di cuenta que en Canarias hay tantas bodas al año, que hay trabajo para todos. La competencia nos gusta porque nos pone las pilas… pese a estos inconvenientes, hay otras empresas del sector con las que nos llevamos estupendamente y con las que sí hay compañerismo y nos ayudamos en lo que podemos”.

-Como empresaria llegó un momento en el que se dejó la piel literalmente ¿Cómo darse cuenta de esto para no seguir esa senda?

“Hubo un momento en que era demasiado y no podía rendir al cien por cien en mi trabajo y en mi proyecto personal además de dejar mi vida privada de lado. Mi pareja y yo somos triatletas y eso requiere una disciplina para competir que tuve que abandonar. Dejarlo para mi supuso un agotamiento en todos los sentidos: necesitaba nutrirme mejor y sentirte bien y volver a divertirme. Por eso paré y ahora me impongo una rutina de deporte y de trabajo, porque me di cuenta de que ese camino no era positivo”.

-¿Qué parte del deporte le ha ayudado en su faceta empresarial?

“La constancia y esa sensación de que ‘hoy puedes un poco más’. El valor del esfuerzo y el sacrificio”.

-¿Cuales son las actuales tendencias en bodas?

“Para vestidos de novias muchas transparencias con diseñadores canarios como M&M o Rodrigo Piñeiro. En cuanto a decoración sigue en tendencia llevar la personalización de las bodas a todo el evento, el estilo Boho-Chic y el playero. Las flores van a tomar un papel muy importante en todos los sentidos y los colores fuertes como rojos, verdes y amarillos… con una inspiración mexicana”.

-Ahora que en Canarias ya se puede casar en las playas… ¿se pondrá de moda?

“Con las playas que tenemos en Canarias ¡qué menos! no solo para los canarios sino para la gente que viene de fuera… tenemos, por ejemplo, una boda en enero de una pareja que vive en Noruega y tuvimos este año otra de Hong Kong”.

-¿El turismo de bodas será una buena salida?

“Sí. Cada vez hay gente que viene de fuera a casarse. Puede ser una buena oportunidad para Canarias porque puedes casarte donde quieras y cuando quieras. Lo tenemos todo y nos podemos mover con facilidad. Te puedes casar en una playa o en el Teide al atardecer”.

-¿Es posible casarse en el Teide?

“Sí y seguir la fiesta en el Parador. Aunque sean ceremonias civiles que primero tienes que ir al juzgado a ratificarlo porque en Tenerife solo se puede hacer bodas en zonas diferentes al Ayuntamiento o juzgado en Garachico, que te casa el propio alcalde, por eso muchos novios eligen ese municipio”.

-Pero… ¿No solo bodas?

“Hacemos todo tipo de eventos: proyectos, regalos, ideas, inspiración… hacemos escaparates como el de la Farmacia Corominas que desde un primer momento nos apoyaron. También hacemos packaging, caligrafía… y queremos también trabajar mucho por Canarias y hacer cosas para el ciudadano de a pie”.