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Santa Cruz recupera la tradición de la fiesta del Cristo de Paso Alto

A. M. G.

Poco a poco, Santa Cruz va recuperando su memoria histórica con la colaboración entre las instituciones públicas y los colectivos ciudadanos. Sin ir más lejos, el próximo miércoles, día 23, y por segundo año consecutivo, la capital vivirá una recreación romera dedicada al Santo Cristo de Paso Alto, que pretende recuperar una tradición histórica que se celebraba en la citada fortaleza y que antaño tuvo mucho arraigo. Su origen se remonta a 1657, cuando el inglés Robert Blake atacó la ciudad.

La romería, organizada por la asociación sociocultural Ciudadanos Voluntarios del Barrio de El Toscal y el Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias, comenzará sobre las 20 horas con un responso en la Cruz de San Agustín, situada en la confluencia de las calles San Francisco y La Marina. A continuación comenzará un paseo romero, acompañado de varias rondallas, hasta el Fuerte de Almeyda, donde se celebrará una misa canaria cantada por el grupo Achamán.

Según recuerda José Manuel Ledesma, presidente de la Tertulia Amigos del 25 de Julio, “el Santo Cristo de Paso Alto que se encontraba en la capilla del Castillo comenzó a recibir el fervor popular después del ataque del inglés Robert Blake, el 30 de abril de 1657. Por ello, el obispo accedió a que se oficiaran misas en el oratorio y se celebrara su fiesta anual. Debido a que el cuadro se deterioró durante la tormenta que hubo la noche del 18 de diciembre de 1774, se encargó un nuevo óleo al pintor Juan de Miranda. En él, la figura del Crucificado aparece acompañada por la Virgen, con túnica blanca y manto azul, y por San Juan, con túnica verde y manto rojo. En su parte inferior se leen los 40 días de indulgencias que el obispo Antonio de la Plaza concedió, el 14 de abril de 1790, a todas las personas que devotamente rezaran un Credo delante de él”.

Ledesma agrega que la devoción popular por el Cristo de Paso Alto se agrandó aún más “la noche del 24 de julio de 1797, cuando una fragata y una obusera de la escuadra del contralmirante inglés Horacio Nelson, arrojaron 41 bombas sobre el castillo, reventado una de ellas dentro de la capilla sin que causara el más leve daño”.
“Este hecho -concluye José Manuel Ledesma- se consideró milagroso y, el 23 de septiembre comenzó a celebrarse la romería, un paseo hasta el Castillo de Paso Alto en agradecimiento a lo que el pueblo consideró milagrosa protección”.