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No todo es música

Repetimos desde el compás quince. Cuento uno de clavo y entramos”. La secuencia se repite todas las veces necesarias hasta que sale bien. Estamos montando piezas nuevas para el dúo y eso exige trabajo duro. Es fundamental estar concentrados, dedicar tiempo, estudio previo…, pero sobretodo, hay que tener una buena dosis de ilusión. A eso no nos gana nadie. La motivación, con sus altibajos, ha estado siempre presente en los siete años que llevamos juntos. La música, como cualquier arte, requiere un esfuerzo enorme que muchas veces no se traduce en reconocimiento, ya se sabe, gajes del oficio. “Vamos desde arriba para ir enganchando secciones, ¿te parece?”. El ensayo continúa hasta que logramos empatar la obra y comenzamos a vislumbrar el sentido global. Aquello empieza a sonar, afloran las emociones. Tras unas indicaciones más, decidimos acabar la sesión emplazándonos hasta la próxima. Y tras los sonidos afloran las palabras. No todo es música. Hacemos café mientras surgen los temas que nos preocupan. El momento histórico que vivimos no nos deja impasibles, estar a espaldas de la realidad es imposible. Debatimos sobre política, periodismo, arte y la vida misma. Es una conversación a corazón y mente abiertos, buscando puntos en común, apreciando lo distinto, aprendiendo lo nuevo, disertando en la adversidad. Ambos valoramos la importancia de encontrar interlocutores con los que tratar estos temas.

No es fácil. El mundo de la información masiva adolece de reflexión profunda, de análisis exhaustivo, de coherencia racional. Por eso es importante compartir inquietudes, máxime si hay una labor artística de fondo como la nuestra. Lo que Ciro Hernández y yo hacemos en Socos Dúo es una contestación social a todo lo que pensamos; esto no es una afición para echar la tarde y entretenernos. La música es la herramienta con la que nos lanzamos al mundo, una respuesta utópica y abstracta con la firme voluntad de sensibilizar, de generar emociones que transformen desde dentro. “Acuérdate, la semana que viene da capo, ¿ok?”.