tribuna

Venezuela, un país para querer – Por Antonio Alarcó*

Esta semana que finaliza, el pleno del Senado aprobó una moción defendida por mi amigo y compañero Dionisio García Carnero, Portavoz del Grupo popular en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos, de quien quiero recordar, una vez más con gratitud, su incondicional apoyo personal ami candidatura en las pasadas elecciones locales durante un acto celebrado en La Laguna. La moción abogaba por la libertad de presos políticos en Venezuela y, además,solicitaba al Gobierno de España que expresara su preocupación ante el reiterado uso de la inhabilitación de dirigentes opositores para evitar que se presenten como candidatos a las próximas elecciones legislativas del 6 de diciembre en Venezuela, un país que todos los canarios llevamos en el corazón.

El Senado, como no podía ser de otra manera, respaldó de manera contundente la moción, que es la número 52 de las presentadas por el PP abordando la problemática venezolana, con el apoyo esta vez de 235 senadores y con cinco abstenciones desde el Grupo Mixto, personalizadas en Podemos y Amaiur que, sorprendentemente, se negaron al voto favorable y quedaron retratados por si existía alguna duda al respecto en una actitud que me parece miserable. Sin embargo el PSOE votó a favor por primera vez en la que se puede calificar como la moción más importante de todas.

En marzo de este mismo año escribí aquí que tristemente Venezuela estaba de actualidad. Indicaba entonces que nos encantaría que fuera por otras circunstancias porque los lazos culturales, históricos, políticos y económicos que nos unen a esta tierra son de todos conocidos ya que este país ha acogió con los brazos abiertos a muchos exiliados y a numerosos inmigrantes españoles, especialmente gallegos y canarios, que conforman la tercera colonia foránea más importante. De ahí que siempre la sintiéramos como la Octava Isla. Y nos duele que con la muerte de Hugo Chávez, cuando muchos pensábamos que se cerraba un episodio de prolongada incertidumbre política sobre esta tierra, sigamos asistiendo con preocupación a una realidad que se aleja bastante de ese pensamiento con una Venezuela dividida y caótica, cuando es uno de los países más ricos del mundo.

Creemos firmemente, y no me canso de repetirlo, que en Venezuela debe prevalecer la defensa de la constitucionalidad, elemento clave para un pueblo que merece participar del crecimiento y la consolidación de la democracia, puesta en duda durante demasiado tiempo.

Así se lo he manifestado a Mitzy Capriles con quien me he reunido en varias ocasiones y volví a hacerlo esta semana en el Senado donde presenció, junto a una delegación venezolana, el debate de la moción presentada por el PP. Como saben, Mitzy es la esposa de Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, encarcelado desde el 19 de febrero cuando fue detenido por el SEBIN en su oficina en la Torre EXA, ubicada en el municipio Chacao de Caracas, y actualmente en arresto domiciliario.

En la reunión, también con la presencia de la activista y esposa de Leopoldo López, Coordinador Nacional del partido Voluntad Popular, Lilian Tintori, expresé mi apoyo y el de los canarios a su causa y la preocupación que sentimos por la importante colonia canaria en aquel país y en Caracas en particular.
La mujeres venezolanas son de acero inoxidable y sin lugar a ninguna duda están dando un ejemplo a todos de su entereza y compromiso. Una de ellas es Mitzy a la que traeremos a Tenerife para que compruebe in situ el apoyo y el cariño de nuestra gente, tan vinculada a Venezuela por estrechos lazos familiares que van de generación en generación. La señora Capriles de Ledezma desea agradecerlo personalmente y desea también trasladar a los canarios la situación en la que vive ahora mismo aquel país.

Venezuela siempre ha sido, como cantaba Braulio, la esperanza que convoca para la gente de nuestra tierra. Otra isla de nostalgia en la inmensa exuberancia de esa tierra generosa, donde viven y se afanan, donde muere y donde ama tanta gente compatriota… Una letra preciosa, emocionante y definitoria para una canción entrañable que rinde homenaje a nuestra Octava Isla, la que deseamos reconduzca lo antes posible la defensa de la constitucionalidad, elemento clave, como siempre hemos defendido, para un pueblo que merece participar del crecimiento y la consolidación de la democracia, puesta en duda durante demasiado tiempo.

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