SANTA CRUZ

Almeyda: donde la historia se hace fuerte

250 es el número de visitantes semanales que tiene el museo y que en actos como los de Plenilunio llegan a alcanzar la cifra de 2.500. / ANDRÉS GUTIÉRREZ
250 es el número de visitantes semanales que tiene el museo y que en actos como los de Plenilunio llegan a alcanzar la cifra de 2.500. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

Los museos que visten las ciudades hablan de su pasado, presente y futuro. Conocerlos es descubrir que la historia no tiene bandos y que los secretos dejan de serlo detrás de una vitrina. Lugares como el Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias, el Museo de Almeyda, enclavado en el santacrucero barrio de El Toscal, es uno de esos espacios que casi pasan desapercibidos para los vecinos y visitantes de Santa Cruz pero que ofrecen una de las mejores colecciones de la historia militar española, junto a un espacio abierto al público en el que se puede visitar las almenas de este fuerte militar reconvertido en centro cultural, tomar un café o disfrutar de las vistas.

Entre las más de 3.000 piezas que posee el museo se encuentran algunas únicas, como el cañón Hércules, que data de 1546 y que el general José Alberto Ruiz de Oña, director del Centro de Historia y Cultura Militar, que alberga al museo, “es mucho más importante que el famoso cañón El Tigre”. El general califica este cañón como la pieza más importante del museo, que colocado en el patio interior recuerda que “gracias a él las Islas no fueran inglesas 200 años antes de que lo intentara Nelson”. Los propios ingleses hablaban de la potencia del Hércules, recuerda Ruiz de Oña. “Tenía un alcance de 1.000 metros y hundió varios barcos”. Cuando Nelson llegó aún estaba en servicio pero ya había perdido precisión y dada su envergadura (más de 5.000 kilos de peso) las milicias del castillo de San Cristóbal prefirieron no usarlo.

Historias como esta son las que se pueden conocer visitando las distintas salas del Museo de Almeyda, que divide su planta baja en salas temáticas para, en la planta superior, construir el discurso histórico de las Islas desde la conquista hasta bien entrado el siglo XX.

Santa Cruz puede presumir de tener el único Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias.  / ANDRÉS GUTIÉRREZ
Santa Cruz puede presumir de tener el único Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

El general Ruiz de Oña lamenta no poder abrir más días y más horas debido a la falta de personal. “Tengo asignadas siete personas y cuando abro días extras como el sábado tengo que darles descansos adicionales porque es lo justo”, explica. “Mi ilusión sería abrir por las tardes y los lunes pero con este personal es imposible”. Asegura no entender las críticas de Sí se puede, que dice que el lugar no esta abierto a la ciudadanía. “Hemos ampliado el horario hasta las tres de la tarde y se puede aparcar dentro y si no abrimos más es porque no tenemos medios”, defiende.

En busca de conseguir una mayor difusión del museo, el general ha logrado el apoyo de otras administraciones como el Gobierno de Canarias, el Cabildo y por supuesto el Ayuntamiento de Santa Cruz. Es con estas dos últimas con las que está pendiente de firmar un convenio de colaboración que le permita abrir más horas gracias a la cesión de personal.

3.000 don las piezas que posee el museo entre fondos propios  y cedidos. Expuestas se encuentran cerca de un millar en las dos plantas.  / ANDRÉS GUTIÉRREZ
3.000 don las piezas que posee el museo entre fondos propios y cedidos. Expuestas se encuentran cerca de un millar en las dos plantas. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

Con apenas 20.000 euros de presupuesto anual y que se van en el mantenimiento del cuartel, Ruiz Oña se ve obligado a maximizar los recursos y a buscar fondos a través de subvenciones. “Cuando llegué nos costaba carísimo pintar y lo que hemos hecho es quitar la pintura y sacar la piedra roja del fuerte, que es mucho más bonita”. “Ahora se pelean por ver de dónde es la piedra; unos dicen que es de Tejina y otros que de Cueva Bermeja”, añade sonriendo. El resultado es el de una imagen más cercana a la original de este fuerte que se empezó a construir a finales del XVIII y que ha sufrido las transformaciones navales. “Cuanto más se reforzaba el barco, más tenía que reforzarse el fuerte”, explica el general. Además de por la difusión, desde su llegada, Ruiz de Oña ha apostado por cambiar el discurso museístico. “Lo hemos hecho más atractivo, más visual”, asegura. Aunque sus cifras de visita no son las más altas, 250 personas a la semana, la mayoría cruceristas enviados desde la Autoridad Portuaria, con la que ha firmado un convenio, en eventos como el de Pleniluino baten récords con más de 2.500 visitantes.

Curiosidades

469 don los años que tiene la pieza más valiosa de Almeyda, el cañón Hércules, que ya repelía a los ingleses 200 años antes de Nelson. / A.G.
469 don los años que tiene la pieza más valiosa de Almeyda, el cañón Hércules, que ya repelía a los ingleses 200 años antes de Nelson. / A.G.

En una ruta por este museo se encuentran salas como la de armas, “todas inutilizadas”, advierte el general; una colección que es de las más visitada en la que hay distintos tipos de revólveres (de hombres y de mujeres), una pistola bolígrafo o la más variada selección de ametralladoras y fusiles. “En las visitas de los colegios esta sala es las que más les gusta”, comenta el general. En la sala de las banderas, Ruiz de Oña detalla que “la mejor colección de banderas de milicias la tenemos aquí, todas del siglo XVIII”. En este espacio también se guardan los cañones de la Asociación Gesta 25 de Julio. “Como tienen que estar en un sitio guardados y vigilados, la Guardia Civil dijo que el mejor sitio era este y nosotros encantados”. Otra de las salas aborda el arte de navegar. También aquí hay pequeños tesoros como la colección más importante de Canarias de mapas portulanos. “Indicaban -explicó- los principales sitios para fondear y luego pintaban las fantasías de lo que creían que había en el lugar”.

Espectaculares maquetas de barcos, una colección de armas traídas de ultramar, en la que figura una espada hecha con el pico de pez sierra, o una de las pocas máquinas Enigma que existen en el mundo, “y además de las primeras”, matiza Ruiz de Oña, quien relata que gracias a que las fuerzas aliadas la descubrieron pudieron descifrar los mensajes de los alemanes y la Segunda Guerra Mundial adelantó su final en más de un año.

Entre los tesoros del museo está la mesa y escribanía original de la rendición de Nelson, junto a otros menos conocidos, como la única bandera de un barco de guerra inglés que se conserva fuera de Inglaterra. “De hecho -puntualiza el general-, la intentaron robar dos veces”. Tanto esta bandera, como la que encontraron en una de las lanchas y que estaba destinada a ondear en el castillo de San Cristóbal si los ingleses hubieran conquistado la ciudad, las halló el museo olvidadas en L a Concepción. “Era costumbre que este tipo de trofeos se depositaran en la iglesia matriz del lugar, pero la tenían en un rincón, tocando el suelo y la gente las cortaba. Restaurarla nos ha costado 20.000 euros”.

“Es un museo plural; en la historia no hay bandos”

Ruiz de Oña detalla que además del museo, también se puede disfrutar del archivo histórico y de la biblioteca, que alberga 39.000 ejemplares, todos ellos de uso gratuito. Defiende el general que es el único museo de historia de Canarias: “Me refiero a historia completa. Por supuesto que hay otros pero son todos muy temáticos, pero ninguno completo como este”. Insiste en que “esto no es un cuartel”, ante la gente que se muestra reacia a entrar. “Dejó de ser un cuartel cuando se fue el último soldado, hace ya 20 años”. Ruiz recuerda que la entrada es totalmente gratuita, igual que el aparcamiento. “Es un centro cultural más; los que entran aquí pueden venir solo a pasear, a recorrer las almenas, a disfrutar de las vistas o a tomar un café frente al mar”.

ANDRÉS GUTIÉRREZ
ANDRÉS GUTIÉRREZ

El general habla de un espacio plural y abierto a todo tipo de colectivos excepto a uno, el político. “Este es un espacio de encuentro pero no quiero que sea partidista”, admite. “Aquí ha habido reuniones de colegios, colectivos, exposiciones, presentaciones de libros; no es obligatorio ver el museo, lo que quiero es que se conozca”, defiende el general. Esa apertura es la que le ha llevado a organizar la segunda recogida de alimentos y juguetes que tendrá lugar el próximo mes de noviembre en el museo.

A lo largo del recorrido el general insiste una y otra vez en que es un museo “plural”. “En la historia no hay bandos solo hechos”, apostilla. Este es el motivo por el que se ha dirigido al Museo de Bellas Artes para solicitar las banderas republicanas que tiene en sus fondos porque “nos es dificilísimo encontrar banderas de esa época”. Ruiz invita a quienes así lo deseen a dirigirse al museo para depositar en él fondos particulares de las distintas épocas: “No pedimos que los donen si no quieren, nosotros hacemos de depositarios pero siguen siendo propiedad de la persona”, explica. El Museo de Almeyda abre sus puertas cada día de 9.00 a 15.00 horas de lunes a viernes y los sábados de 10.00 a 14.00.

ANDRÉS GUTIÉRREZ
ANDRÉS GUTIÉRREZ