medio ambiente

Estudian la viabilidad de usar suelos abandonados y riego enterrado para cultivar un arbusto que produce biocombustibles

Jatropha curcas. | EP
Jatropha curcas. | EP

Un grupo de investigadores de las dos Universidades canarias ha publicado un artículo de investigación en una revista internacional que es la consecuencia de un estudio de cuatro años sobre la viabilidad de utilizar técnicas de riego novedosas en el cultivo intensivo -utilizando suelos marginales y aguas regeneradas- de una especie de arbusto no comestible para la producción de biocombustible.

Según informa le Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, el artículo de investigación se titula ‘Evaluación de la sostenibilidad de la producción de cultivos bioenergéticos utilizando riego por goteo enterrado con aguas regeneradas en suelos degradados de zonas áridas’ y está firmado por la investigadora del grupo GEOVOL de la ULPGC, M. Pino Palacios-Díaz, en colaboración con los investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL), María Dorta-Santos, Marisa Tejedor, Concepción Jiménez, José M. Hernández-Moreno y Francisco J. Díaz.

De esta manera, la producción de biocombustible por medio de las plantas está considerada como una alternativa potencialmente viable frente a los carburantes fósiles, además de ser muy útil para la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Así, en el trabajo de los investigadores canarios se abunda en la posibilidad de utilizar recursos como tierras de labranza abandonadas o aguas regeneradas (aguas residuales de la ciudad tratadas), como una opción sostenible para producir biocombustibles sin malgastar recursos.

Por su parte, en el estudio se evaluó concretamente la sostenibilidad de la Jatropha curcas, planta muy habitual en América del Sur, regada con riego por goteo enterrado en zonas áridas de Fuerteventura, elegida esta ubicación por ser una de las zonas más áridas de toda la Unión Europea.

Finalmente, se realizó una evaluación del cultivo durante cuatro años comparando los efectos de que fuera regada con riego por goteo convencional o enterrado, analizando el crecimiento, producción y nivel nutricional del fruto, así como la calidad del suelo, sin que se derivaran diferencias significativas entre ambos tipos de riego, si bien si se detectó un aumento de la salinidad del suelo con el riego superficial y no en el enterrado, por lo que con el enterrado se pueden emplear aguas de menor calidad.