sucesos

Un juzgado negó este mismo mes a la víctima una orden de alejamiento

La mujer de 35 años de edad que murió el pasado jueves en El Sobradillo tras ser apuñalada presuntamente a manos de su expareja sentimental y padre de sus tres hijos solicitó hace apenas dos semanas una orden de alejamiento que le fue denegada en un juicio rápido al catalogarse el riesgo como bajo. A posteriori resulta obvio que tal decisión fue terriblemente errónea y el resultado de la misma una catástrofe irremediable, pero cuando se adoptó la misma no le constaban al ahora detenido ni antecedentes penales ni policiales.

Ello se debe a que cuando ella lo denunció (hasta en tres ocasiones, la primera hace poco más de un año) nunca se detuvo al varón. De esas tres denuncias, una versaba sobre violencia de género, concretamente por acoso y violencia psíquica, y las otras dos fueron cruzadas, es decir, que tanto ella como él se acusaron mutuamente de comportamientos violentos, en un caso por supuestas lesiones y en el otro por amenazas. Otro hecho que pudo ser valorado en dicho juicio es que el entonces acusado desempeñaba su trabajo en una estación de servicio situada prácticamente enfrente de la vivienda de su expareja, por lo que la aprobación de la orden de alejamiento lo hubiera dejado sin trabajo. Precisamente, el episodio de agresión física entre ambos que acabó en denuncia mutua tuvo como escenario dicha estación de servicio.
Por contra, sí que se sabe que la ahora fallecida dejó manifiestamente claro en el juzgado que tenía miedo por su vida y no se atendieron detalles que luego resultaron claves, como por ejemplo el hecho de que él conservase copia de las llaves del coche de ella.

Fueron efectivos de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife los que arrestaron al supuesto autor del crimen, un varón de 36 años de edad identificado por las iniciales C. G. H. y que fue apresado en la avenida de Tíncer, muy cerca de la avenida de Los Majuelos donde murió la mujer. A pesar de que el sospechoso presentaba manchas de sangre tanto en la cara como en la ropa, en un principio aseguró a los incrédulos agentes que se hirió al romper el cristal de un coche para robar en su interior y luego se negó a declarar nada más.

Tras iniciarse la búsqueda del arma homicida con una alerta policial a la empresa de limpieza por si había tirado el cuchillo a un contenedor de basura, la confirmación de la muerte de la víctima coincidió con la asunción del caso por parte del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía. Presumiblemente, la actitud del arrestado varió al serle expuesta la gravedad de los hechos y pronto se dio con el cuchillo, abandonado junto a un descampado junto con unos guantes usados en el ataque homicida.

Las autoridades cuentan con varios indicios de posible premeditación que, de probarse, desembocarían en una acusación por asesinato. Fuentes del entorno del ahora detenido han desvelado que el cuchillo en cuestión, de cocina y hoja cerámica, lo guardaba desde la tarde en la taquilla de su puesto de trabajo. También se sabe que el sospechoso habló con sus compañeros de irse de la Isla, e incluso especuló con que su destino sería El Hierro, donde ya desempeñó un empleo en otra estación de servicio. Otro indicio pasa por los guantes, que compró en un establecimiento de la zona poco antes de verse con su expareja.

En cuanto al ataque en cuestión, el ahora detenido aprovechó sus llaves del coche para esperarla en el mismo. Fue allí donde presuntamente la mujer recibió la primera puñalada. Ella se puso a tocar la pita, lo que alertó a varios vecinos y a su propia madre. La víctima logró salir del coche pero fue alcanzada de inmediato por el criminal, que le asestó en plena vía pública y delante de una conocida cafetería varias puñaladas más que le costaron la muerte, sobrevenida minutos después y cuando ya era atendida por los sanitarios. Eso sí, los presentes intentaron defender a la mujer y por ello su madre recibió algunas heridas de arma blanca, consideradas como de carácter menos grave y por las que fue atendida en un centro hospitalario hasta la mañana de ayer. Sirva como ejemplo que un vecino hasta lanzó al agresor varios objetos de un balcón, incluida una nevera portátil, pero tales esfuerzos no impidieron la culminación de tan cobarde y abyecto crimen.
La muerte de esta joven madre, que deja una niña de 10 años y dos gemelos de 5 fruto de la relación con el ahora detenido, es la segunda del año en Canarias y la trigésimo séptima de España en 2015.

Añadir que se espera que sea hoy cuando el detenido pase a disposición judicial y que las administraciones y organismos públicos, que van desde Presidencia de Gobierno hasta el propio Instituto Canario de Igualdad, han mostrado una repulsa unánime por lo acaecido.