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Pumuky reaparece ante el público local tras una exitosa gira nacional

De izquierda a derecha, Adán Zeus, Jair Ramírez, Daniel Benavides y Noé Ramírez, miembros de Pumuky. | DA
De izquierda a derecha, Adán Zeus, Jair Ramírez, Daniel Benavides y Noé Ramírez, miembros de Pumuky. | DA

“Un estado emocional”. “Un mood melancólico y dulce”. “Impecables, sorprendentes, dóciles y fieros”. “La música de Pumuky se siente y, sobre todo, engancha”. Un caudal de elogios por parte de la prensa especializada ha acompañado la reciente gira peninsular del grupo canario liderado por los hermanos Jair y Noé Ramírez. Su cuarto trabajo de estudio, Justicia Poética, no ha podido tener mejor acogida. Hoy regresan a la Isla para actuar en el Festival Keroxen, compartiendo cartel con el canadiense Tim Hecker y el argentino Chancha Via Circuito. La cita es a partir de las 19.30 horas en el Espacio Cultural El Tanque de Santa Cruz.

“Keroxen es un festival que hemos seguido desde sus inicios y del que, como canarios, nos sentimos orgullosos. Sus inquietudes y buen gusto lo han convertido en referente. Es una buena muestra de que aquí se pueden hacer bien las cosas”, afirma Jair Ramírez, vocalista y compositor de la banda que completan los grancanarios Adán Zeus y Daniel Benavides. Recién llegados de actuar por las principales ciudades del país, admite que la fórmula Pumuky “vive un momento dulce” y celebra que este ascenso no haya supuesto coste alguno para la idiosincrasia con la que nació el proyecto.

“Ninguno de los miembros de la banda vive de Pumuky y eso te da una gran libertad. Ni siquiera pretendemos que la música nos dé de comer. Hacemos lo que nos place en cada momento. Simplemente intentamos cubrir nuestras necesidades artísticas”, asegura el mayor de los Ramírez, que considera que, pese a todo, no han dejado de ser “una banda de minorías”, con la ventaja de que sus seguidores son “fieles militantes” y “nos arropan incondicionalmente”.

Una de los aspectos mejor valorados de la banda nacida en Icod y hoy con sede regular en Gran Canaria son sus bellas melodías, el notable nivel de sus letras aderezadas con guitarras y samplers. Ahí Jair Ramírez tiene mucho que decir: es el principal responsable de la elaboración de la mayoría de las composiciones. “Siempre he defendido que la música es una especie de purga, la posibilidad de extraer y sacar fuera sensaciones y sentimientos que llevas dentro”, dice. “No soy metódico ni suelo filtrar demasiado. Aunque visto en la distancia, quizás me he expuesto demasiado en algún momento, contando historias de carácter de bastante íntimo. Pero siempre me ha parecido importante ser honesto conmigo mismo”.

El éxito de público y crítica logrado en el reciente recorrido peninsular, visitando siete de las principales capitales, viene a compensar, de algún modo, la ausencia del grupo en los grandes festivales del pasado verano. “La nuestra es una propuesta arriesgada y quizás lo que hoy le interesa a los festivales es otra cosa”, asume. Pero, insiste Jair Ramírez, no por ello van a caer en la tentación de variar el rumbo musical que se han marcado. Ni siquiera tienen intención de tomarse con celeridad la publicación de un nuevo álbum. Justicia Poética se hizo esperar cuatro años respecto al anterior disco, Plus Ultra. “El cómo nos planteamos la banda hace que no tengamos especial prisa por publicar. Publicamos cuando nos apetece, cuando consideramos que tenemos material para enseñar. Nos gusta trabajar con calma, mimar todo el proceso y eso conlleva tiempo”.

Tras la actuación de esta noche en el Keroxen, prevista para las 22.10 horas, volverán a hacer las maletas para viajar a Andalucía. Allí realizarán tres conciertos durante el mes de diciembre. Tras las Navidades es muy posible que salgan al extranjero y que regresen a México, donde ya celebraron una serie de actuaciones el año pasado y dejaron un buen número de seguidores. “Nos movemos entre minorías, pero son minorías muy fieles”, comenta Jair Ramírez.