apuntes de patafísica

Ratones y gatos

Cuando el autor de cómics norteamericano Art Spiegelman realiza Maus. Relato de un superviviente, entre 1980 y 1991, decide animalizar a los seres humanos que intervienen en su narración. A partir de entrevistas a su propio padre, Vladek, cuenta la vida de este, un judío polaco, antes, durante y después del Holocausto.
En su obra, los judíos están representados como ratones y los nazis como gatos; pero también hay perros, cerdos, ranas, peces… Es una fábula sin moraleja, o quizás tiene muchas.

Spiegelman crea una novela gráfica en torno a un episodio de la historia muy conocido: el exterminio de millones de hombres y mujeres de forma sistemática, industrial. Es una fábula de supervivientes. Pero no es una historia épica. O no solo.

En ella hay generosidad, valentía, abnegación, se podría hablar incluso de heroísmo; pero también muestra que la maldad no es un atributo exclusivo de los gatos.
Hace poco más de un año visité en Budapest la plaza donde se erigió un monumento que recuerda a las víctimas del nazismo y la liberación de Hungría. En él se representa un águila que se cierne sobre el arcángel San Gabriel. No faltan las críticas, sobre todo de la comunidad judía, hacia esta construcción, pues argumentan que en aquellos años el país no fue sometido, sino que sus gobernantes colaboraron en la barbarie con notable diligencia.

El arzobispo de Valencia, monseñor Cañizares, se pregunta si las personas que huyen del horror de Siria, Irak y Afganistán e intentan entrar en Europa son todas “trigo limpio”. Para que no alberguemos dudas, monseñor se responde que “muy pocos” de los que se ocultan en ese “caballo de Troya” que toca a nuestras cristianas puertas son realmente perseguidos en sus países.

Un hombre atacó el domingo una estación de autobuses de Beer Sheva, en Israel. Antes de ser abatido, mata a un soldado y deja a más de 10 personas heridas. Un vigilante de la estación confunde a un inmigrante eritreo con un terrorista y le dispara. Herido, muchas personas lo golpean, lo escupen, lo insultan. Cuando intentan evacuarlo en ambulancia, la gente lo impide durante unos instantes y prosigue con los insultos. Murió el lunes.
Sería demasiado simple buscar una moraleja.