SUR

200.000 lechugas a la semana

Plantación de lechugas en San Miguel de Abona. / J.C.M.
Plantación de lechugas en San Miguel de Abona. / J.C.M.

La mayor producción de lechugas de Canarias se concentra en el sur de Tenerife. Siete fincas de la empresa Puntagorda, localizadas en San Miguel de Abona, Las Chafiras, Granadilla, Arico y Güímar, generan un volumen productivo sin parangón en el resto del Archipiélago que alcanza diariamente los 50.000 unikilos, término técnico que aglutina kilos y piezas. Pero tan o más importante que la cantidad es la calidad. Estas plantaciones cuentan con la certificación de la Global Gap, organismo encargado de certificar la calidad y verificar los controles fitosanitarios. Las exigencias son máximas. Toda su producción va a parar a los centros de Mercadona repartidos por todas las Islas. El acuerdo incluye exclusividad con esta cadena de establecimientos de alimentación que es la que da salida a toda la mercancía.

La media de plantaciones es de 68.000 lechugas por hectárea y el resultado es de 200.000 unidades semanales de hasta cinco variedades distintas: Batavia, la de mayor demanda, Iceberg, Romana, Cogollo y Apolo. Esta última, reservada para la industria.

Este periódico tuvo la oportunidad de visitar una de las mayores plantaciones del Sur, concretamente en San Miguel de Abona, donde fuimos testigos de cómo se trabaja la tierra. Llama la atención las grandes llanuras de extensiones verdes que resaltan entre el paisaje árido tan característico de la comarca. En el caso de la finca que visitamos, sus dimensiones alcanzan las 17 hectáreas. Aquí se mima la lechuga cada día a través del riego subterráneo por goteo. Las cálidas temperaturas -son terrenos al aire libre- hacen el resto. De hecho, el ciclo desde que se planta hasta que se recoge esta planta oscila entre los 50 y 60 días, 20 o 30 menos que en la Península, donde el clima es menos suave.
Tanto la siembra como la recolección se realizan a mano. Una decena de personas se dedica a plantar todos los días, de lunes a sábado. Una vez que se recoge la lechuga se envía a una nave industrial en el polígono de Güímar donde se procesa, envasa y etiqueta. A partir de ahí se envía, sin mayor dilación, al punto de venta. Precisamente el centro también funciona como semillero. Una vez compradas las semillas a los proveedores, en este lugar se transforman en plántulas listas para enterrar. Todo el proceso de producción conlleva una importante contratación de mano de obra, preferentemente local. Actualmente 200 personas se dedican a esta actividad en las fincas y en el centro de Güímar. “Contamos con mucha gente joven, técnicos recién salidos de la facultad”, comenta un encargado de la compañía.

La empresa Puntagorda, integrada en el grupo Canarisol, también trabaja otros productos, aunque con un menor volumen de salida, como calabacines, pepinos y berenjenas. En el norte cuenta también con otras fincas dedicadas al cultivo del brócoli, coliflor y col, además de una novedosa fórmula para la lechuga consistente en cultivo sin suelo. Las parcelas se extienden en Tacoronte, El Socorro y Valle de Guerra.

Desde la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias se destaca la labor de empresas como Puntagorda. “Valoramos mucho este tipo de iniciativas por cuanto la concentración de la oferta y la modernización de las explotaciones permiten contrarrestar y competir con las grandes empresas foráneas”, afirma Hernán Tejera, secretario general de esta organización.