cultura

Parranda canaria

Me preocupa que el folclore de nuestra tierra esté cada vez más en manos de jovencitos talluditos de camisa ajustada o de grupos de amiguetes vestidos de negro o cualquier otro color queriendo artistear con el folclore como excusa para terminar convirtiéndose en grupos pachangueros del tres al cuarto. Repertorios propios de una parranda improvisada en cualquier jornada trasnochada. Mientras tanto, los creadores, maestros y comunicadores de verdad se cansan.

Nuestra identidad se desvanece. Los creativos se hartan. A esto contribuyen los jovencitos talludos que andan sembrando los gorgoritos y dibujos sonoros innecesarios en cada copla canaria, que incluyen de compromiso en sus discos, para justificar las ayudas y subvenciones. Por si fuera poco, aleccionan en seudoescuelas de folclore por toda Canarias, en los estilos que son impropios de esta tierra, en detrimento de los verdaderos ma-estros del folclore arrinconados por ser veteranos y por no ser parte del circo mediático en el que, los jovencitos espabilados y los hombres de negro, se mueven como pez en el agua.

Dinero público apoya festivales, grabaciones, actos y circos televisivos para seguir engor-dando el ego de quienes lideran estos proyectos y corroborando las alegrías e ineficacias de mediocres que deciden y apoyan desde instituciones públicas, televisiones y radios. Las decisiones sobre lo nuestro, lo canario, las toma incluso gente venida de fuera que lleva viviendo en Canarias pocos años o canarios que hubieran deseado nacer fuera. En ambos casos, desconocedores y desinteresados en nuestro folclore. Simplemente gente que aprovecha la coyuntura para beneficiar a los de su misma clase y condición con los que se entienden a la perfección o, lo que es peor, por ignorancia y peloteo, para su supervivencia laboral.

Ni los propios municipios respetan la idiosincrasia de su historia y costumbres y asistimos a disparates tales como festivales de allá promocionados aquí, o de aquí potenciados allá dejando de lado los tesoros propios del lugar en cuestión. El Norte es el Norte y el Sur es el Sur. Cada isla en sí misma y cada municipio en sí mismo debe cuidar de lo suyo porque la globalización no cabe en el folclore. Globalizarlo es anularlo.

Por eso me preocupa que los veteranos, los verdaderos cantadores, tocadores y bailadores de cada rincón, estén siendo desplazados por los espabilados de turno todavía en pañales y sin ningún bagaje y además se les ayude y contrate para sembrar el estilo gorgorito aprendido en programas-concurso de televisión de cantantes amateurs con aspira-ciones. Estos monitores sin fundamento van matando los estilos verdaderos como las malas hierbas acaban con un campo si se las deja hacer.
A esto sumamos la proliferación de grabaciones y festivales que tildan de folclóricos, tra-dicionales o similares y finalmente son auténticos recitales de versiones de temas importados que no van a ningún lado y lo que es peor, aleccionan al público en un intento de convencerlo de que en Canarias somos cumbia, merengues, corridos mexicanos y un sinfín de aires musicales aprendidos por remedo para uniformarse, subirse a los escenarios promovidos por agencias de espectáculos de amiguetes y ventilarse subvenciones y horas de promoción.

A todo esto, la identidad se desvanece poco a poco. ¿Dónde están los apoyos a Taburiente, Mestisay, Non Trubada, Artenara, los proyectos de timplistas, los grupos de pop y rock canario, cantautores, etc.?, porque todo eso también es folclore e identidad de la buena, la que de verdad aporta y nos define. Por otro lado ¿qué tienen que hacer los grupos folclóricos serios que investigan, rebuscan, crean, enseñan, graban y siguen sembrando semillas de lo más tradicional y popular en cada pueblo y barrio de Canarias, para recibir un poco de apoyo?

Apelo a la responsabilidad de quienes consumimos conciertos, discos, libros, programas de radio y televisión, festivales y cualquier manifestación cultural canaria para distinguir, seleccionar y apoyar lo auténtico, para acabar con la plaga de encorsetados advenedizos con amigos privilegiados que disfrutan incentivando la disolución de la auténtica identidad canaria.

Todos tenemos derecho a elegir qué música hacer, pero apoyar a los solistas y grupos musicales que pretenden ser una especie de orquestas de versiones de música pachanga en detrimento de los creadores de identidad de verdad es igual que llevar a pastar con el rebaño a un lobo con piel de oveja: se terminará comiendo hasta al pastor. Por favor, seleccionemos con buen criterio en quién dejamos el futuro de lo nuestro porque no tenemos otra cosa más importante.

Es fácil distinguir los proyectos serios de la pachanga imitadora. Solo debes responder a la siguiente pregunta: ¿este proyecto, grupo, solista, espectáculo, etc. potencia y aporta a la identidad creativa canaria y hace esta tierra culturalmente mejor para estar orgullosos, o es un proyecto que solo busca satisfacer el ego y el bolsillo de unos pocos y además nos avergüenza y no nos representa como comunidad?

Allá cada uno, pero yo confío en los veteranos, los creadores y los que tienen algo que contar y aportar de verdad, porque para las versiones, copias y demás vergüenzas ya están los karaokes, y para los muñecos mediáticos pretenciosos ya están los circos.

@alexishde
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Coros y Danzas
de Arrecife

Esperando y deseando que se emitan los nuevos programas de Parranda Canaria grabados y preparados desde hace tiempo, esta noche se repite a las 21.15 horas la Parranda Canaria en la que recibimos a Coros y Danzas de Arrecife de Lanzarote. Nacieron sin nombre en 1958 por las Fiestas de San Ginés, patrón de la capital lanzaroteña. Eran un grupo de amigos que en 1960 decidieron llamarse Agrupación Folclórica Arrecife. Fue en 1961 cuando incorporan el grupo de baile. A partir de ahí, su obsesión ha sido y es recuperar vestimentas, bailes, danzas, cantes y tradiciones, fieles a sus investigaciones etnográficas. Hoy revivimos la visita de estos amigos con su director Santiago Torres de la Fe. Con él, algunos de sus solistas: Valentín Fernández, Moneiba Díaz, Domingo Hernández y la niña Arima Saavedra. Su cuerpo de baile ilustrará parte de su repertorio, con piezas tan particulares como el Sorondongo de los Marineros, entre otras. Con Manuel Acosta, descubriremos el valor y los detalles de sus trajes y con Candelaria Torres y Marilina Cabrera, también del grupo invitado, disfrutaremos de unas folías con mucho talento.