BALONCESTO

Aquí se habla de Basket

No en todos los bares y cafeterías de España se habla solo de fútbol y política. En unas pocas ciudades el deporte rey es el de la canasta y las tertulias más apasionadas giran entorno a él. La Laguna y Manresa son dos claros ejemplos de ello y sus equipos se verán las caras el próximo domingo en un duelo muy cestista.
A pesar de que el CB Canarias representa a toda la Isla, en su foco principal, La Laguna, no tiene rival en lo que a deporte se refiere. A pesar de la existencia de clubes históricos, lo cierto es que el deporte de la canasta, también con el Juventud Laguna, consiguió echar raíces, como reconocía Elfidio Alonso en la serie documental producida por el propio club aurinegro.

La Laguna se vinculó muy pronto al baloncesto, mucho más que Santa Cruz, la capital, y en Tenerife solo clubes del Norte, como el Hércules de Icod, pueden competir en ser referencia en lo que se refiere a antigüedad y capacidad para ser referente.

No hay demasiados casos más en España, aunque existen y, a base de tener que sobrevivir, en la mayoría de los casos han logrado estar por encima del fútbol, auténtico deporte nacional.

Manresa y Badalona entrarían también en esa clasificación. El pedagogo Eladi Homs, al volver de un viaje de negocios en Chicago, introdujo la práctica del baloncesto en Cataluña, más concretamente en Terrassa. Corría el año 1912 y, a partir de ese momento, esta región española sería auténtico referente cestista en todo el Estado.
Curiosamente, el CB Joventut Badalona sería fundado en 1930 y solo un año más tarde nacería el Basquet Manresa. A partir de ese momento, una y otra entidad comenzarían a crecer, no solo en lo deportivo, sino a la hora de conseguir el arraigo social necesario.

El Manresa llegó a estar vinculado al Centre d’Esports, el equipo de fútbol de la ciudad, pero decidió desligarse del mismo tomando caminos opuestos. El fútbol, ahora en Primera Regional, comenzó un periplo por las categorías inferiores del fútbol nacional, mientras que el baloncesto tocó techo cuando ganó la Liga ACB del curso 1997/1998. Se trata, pues, de un caso en el que el éxito deportivo ha propiciado que el baloncesto sea deporte principal.
El caso del Joventut es distinto ya que, a pesar de los muchos títulos logrados por los verdinegros, la clave parece estar en los muchos equipos de cantera que posee la entidad, lo que lo convierte en un club muy apegado a la ciudad.

“Si no existiera un modelo como el nuestro el baloncesto estaría lleno de clubes compradores que no sacan a gente de la casa”, decía Jordi Villacampa, actual presidente y exreferente como jugador del club, de cuya cantera salió.

En medio de la campaña de crowdfunding que lanzaron para salvar su cantera, Villacampa advirtió que “casi toda familia badalonesa” tiene un familiar o al menos una relación directa con la Penya.

Para conocer la otra ciudad eminentemente de baloncesto que existe en España hay que viajar a Vitoria. El País Vasco siempre ha vivido el baloncesto, pero a la sombra del fútbol, algo que no ocurre en Vitoria a pesar de que el Alavés gana enteros a la hora de arrebatar el primer lugar como referente deportivo vitoriano.
En este caso la excelente gestión de Josean Querejeta, su presidente, facilitó el crecimiento de un club campeón de la ACB hasta en tres ocasiones y que se ha hecho asiduo a la Euroliga.