tribuna

Las redes sociales como fuentes de información – Por Florentín Díaz

Inmerso en la segunda década del tercer milenio, los medios como la radio y la televisión han sufrido el impacto de las nuevas tecnologías con la llegada de Internet y la aparición de las famosas y tan utilizadas redes sociales. Tanto es así, que el papel tradicional de los periodistas también ha cambiado. Las redes sociales no sólo son un lugar de distracción, éstas se han convertido en un espacio en el que los medios de comunicación y sus profesionales interactúan con los ciudadanos. Twitter, Facebook o YouTube se han afianzado como una herramienta informativa para el ejercicio del periodista como fuentes de información no oficiales. Esta nueva forma de compartir información se denomina periodismo ciudadano o periodismo 2.0: una persona de forma individual y gratuita se convierte en un canal de información. Un ejemplo de esta práctica ciudadana, fue la tragedia del Madrid Arena en 2012. Un vídeo grabado por un anónimo en el interior del recinto recorrió las redes sociales al instante y fue utilizado por los medios para informar del suceso. Aun viviendo esta “democratización del periodismo y la información que supone un nuevo paradigma en el mundo periodístico”, no siempre los ciudadanos que difunden una información son las fuentes más fidedignas. Otras de las fuentes periodísticas son las oficiales, aquellas que llegan desde organismos e instituciones públicas o privadas. Siempre que un periodista se informe por las redes sociales de las fuentes oficiales, está bien, pero recordemos otro caso: el falso avión de Gran Canaria. Los periodistas dieron por buena una información publicada en el Twitter del 1-1-2 y, al final, fue un bulo. Las redes sociales están bien para enterarte de algo, pero luego hay que contrastar esa información por los medios convencionales y oficiales, por ello, la agenda de un periodista sigue siendo un tesoro porque ahí están sus fuentes verídicas.

Los profesionales se preguntan hasta qué punto se fían de los que muchos publican en las redes y actúan como ciberperiodistas. Además, se debe insistir en que el periodista/comunicador tiene que ser capaz de filtrar, comprobar y demostrar esos nuevos contenidos que se generan y llevar a cabo un trabajo informativo eficaz, sin dejar en el tintero la veracidad y el rigor que debe desprenderse de cualquier noticia. “El compromiso con la verdad sólo afecta a los periodistas”, por lo que es necesario contrastar la información con la fuente oficial porque ya es sabido que un profesional “vale lo que valgan sus fuentes.”

*Estudiante de Comunicación en la UOC