El empresario tinerfeño que fue asesinado en el sur de la Isla el pasado martes fue secuestrado horas antes cerca de su casa de Santa Cruz de Tenerife. Aunque el dato del secuestro, anticipado aquella misma tarde por JoseBolorino.com, ya era conocido, ahora hay ratificación plena de que el mismo se produjo la misma tarde del día en que se le encontró, ya de noche, en el interior del maletero de un coche incendiado que despeñaron desde el mirador de La Centinela, dentro del término municipal de San Miguel de Abona.

La identificación del fallecido se produjo desde un primer momento, dado que el vehículo en cuestión figuraba a su nombre y los especialistas de la Guardia Civil hallaron un llavero identificativo en el lugar de los hechos. Tales datos les permitieron alertar a sus compañeros del Cuerpo Nacional de Policía, que a su vez habían alertado del secuestro en cuestión, acaecido en la zona de Los Lavaderos.
Ahora se sabe que a Raimundo Toledo se lo llevaron esa misma tarde en las inmediaciones de su vivienda. El escaso lapso de tiempo acaecido entre el secuestro y la muerte de la víctima anima la hipótesis de que los criminales no buscaban un rescate, salvo que el fallecimiento fuera sobrevenido, lo que no cuadra con el historial médico del empresario. Sin duda, el hecho de que el cadáver apareciera carbonizado dificulta las investigaciones, si bien hay confianza entre las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en resolver con prontitud el caso. Para ello trabajan de forma conjunta tanto la Guardia Civil como el Cuerpo Nacional de Policía.

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Raimundo Ortega abandonó en julio pasado la presidencia de la empresa Tenerife de Gasolineras, que ahora se denomina Petroleras de Canarias, y en la actualidad era consejero de la misma. También poseía una empresa de servicios y una finca de viña, así como unos apartamentos. Era muy conocido en la comarca de Chasna, especialmente en El Médano, donde la noticia ha causado honda impresión entre los vecinos.