maldito parné

Es hora de la segunda vuelta

Tras las vacaciones de Navidad a los políticos les queda un duro trabajo. Los resultados electorales han dejado a España absolutamente ingobernable. Y es en este momento cuando los políticos tendrán que demostrar su capacidad negociadora y de diálogo, pero sobre todo su visión de Estado, es decir, si están dispuestos a anteponer los intereses del país por los suyos propios o los de su partido. Veremos ahora si los dos partidos emergentes quieren una España estable o simplemente quitar a Mariano Rajoy a toda costa de la Presidencia. Pedro Sánchez nunca va a estar más cerca del poder de lo que está ahora, pero tendrá que decidir si llega a la Moncloa cediendo a las peticiones de los independentistas o hace caso a su propio partido y da un paso a un lado para apoyar a Rajoy en las cuestiones más importantes para España. Tendrá que decidir si quiere pasar a la historia como el que quitó a Rajoy de la Moncloa o el que lo ayudó a gobernar un país absolutamente ingobernable. Todo ello bajo la sombra de Podemos que engulle al PSOE a pasos agigantados. Es en estos momentos cuando se echa de menos a políticos tan diversos entre sí, pero con una gran capacidad de Estado como Felipe González, Manuel Fraga, Santiago Carrillo, Alfonso Guerra, Julio Anguita o Adolfo Suárez. Es en estos momentos cuando nos tenemos que preguntar si no ha llegado la hora, con la entrada en juego de más partidos, de modificar la ley electoral. Los resultados de estas elecciones se repetirán en las próximas. Está claro que el bipartidismo ha tocado a su fin y que las mayorías absolutas se han acabado. La pluralidad ayuda y mucho al sistema democrático, pero no permite gobernar. Y esto lo miremos desde donde lo miremos es así. Al menos en España. El concepto de Estado en los políticos actuales está bajo mínimos. Yo, desde luego, confío bien poco en la capacidad negociadora de los mismos. Creo que están en la tesis de quítate tú para ponerme yo. Bajo este panorama, lo mejor sería instaurar un nuevo sistema electoral con segunda vuelta, donde los dos partidos más votados se la jueguen en una segunda ronda. ¿Por qué? Porque el que gane podría gobernar, pero con una oposición fuerte detrás, y no ocurriría lo de ahora, con perspectivas de pactos con partidos independentistas. España es bicameral, es decir, cualquier ley que sale del Congreso debe ser aprobada en el Senado (donde el PP sí ha logrado la mayoría). En este caso, las perspectivas son terribles, porque España se puede ver paralizada. Creo que es hora de la segunda vuelta.

@MariaFresno72