20D

El PP gana las elecciones, pero Podemos da opciones al PSOE

Tras el 20D, Mariano Rajoy pone su barba a remojar. Con estos resultados, el presidente en funciones -veremos si también en defunción- necesitará unas gafas de aumento, o realidad virtual, para encontrar una mayoría suficiente. Se le va a quedar la mirada morada de no pegar ojo. El PP ganó las elecciones de ayer, pero la oposición ya ha encargado el camión de la mudanza. De momento, Rajoy salva los muebles de La Moncloa y Pedro Sánchez conserva la cabeza por los pelos.
A falta del voto por correo y el rogado (de los residentes en el exterior), el PP le saca 31 escaños de diferencia al PSOE. Los dos partidos juntos pierden 84 asientos en el Congreso: los populares se quedan con 63 actas menos y a los socialistas le han volado 21. Sin embargo, el PP (123) y el PSOE (90) suman 213 de las 350 plazas.

Los dos bloque hegemónicos se rompen en cuatro pedazos, lo que hace de la gobernación un rompecabezas. Las combinaciones para alcanzar la mayoría absoluta, fijada en un mínimo de 176 parlamentarios, son extremadamente complicadas: el PP y Ciudadanos (40) suman 163; el PSOE y Podemos (69, en el cómputo de sus cuatro variantes), 159; PSOE y Ciudadanos, 130. Una hipotética fórmula PP-PSOE daría de sobra.
Paradójicamente, las peores cifras de la historia del PSOE en unas generales no serían óbice para pactar con Podemos, que le ha rebañado una buena cantidad de sufragios en el granero de la socialdemócrata. De cualquier modo, Pablo Iglesias no le pondrá la tostada en bandeja. Anoche, el candidato de la coleta se desmelenó y subió el precio del pan. Estas son las primeras condiciones: reformas “imprescindibles” de la Constitución para reiniciar el sistema, como la ley electoral, el blindaje de los derechos sociales, una moción de confianza revocatoria a mitad del mandato y visualización del “Estado plurinacional”, lo que incluye la convocatoria de un referéndum “con garantías” que contente a Cataluña.
Tras escuchar a Iglesias, Sánchez y Rajoy hicieron guiños en favor de un Gobierno “estable”. Parecía que habían olvidado el mal trago del debate electoral y brindaron por la responsabilidad institucional, conscientes de que España se ve abocada a una convocatoria al cabo de tres meses, casi coincidiendo con el congreso federal del PSOE. A ninguno se le escapa que están con las manos atadas y que el rescate depende de muchos factores. Suerte que el ajustado recuento en Andalucía compensa el desastre sin paliativos en la Comunidad de Madrid, donde el PSOE desciende hasta la cuarta posición, por detrás del PP, Podemos y Ciudadanos. De lo contrario, Susana Díaz estaría sacando el billete del ave para acudir a Ferraz y mandar de paseo a Pedro Sánchez. Con toda seguridad, el relevo no será Eduardo Madina. Uno de los aspirantes en las pasadas primarias para la secretaría general se ha quedado a las puertas del Congreso.

ELECCIONES DECLARACIONES

En el centro del equilibrio de fuerzas; Ciudadanos perdió fuelle, si bien se presume que sus 40 diputados soplarán aire fresco en lo que Albert Rivera llama la “nueva transición”. El impulsor del movimiento naranja aterrizó en un globo que se desinflaba, aunque se antoja que el generador de energía renovable que ha activado será de “gran utilidad” a la democracia española.
Quien se desfondó irremediablemente fue UPyD, de cinco a la nada. Mejor le ha ido a IU, que como Unidad Popular retiene dos de los once escaños logrados en 2011. Aguanta el tipo en la Comunidad de Madrid, la circunscripción de Alberto Garzón.

De aquí al 13 de enero, fecha de la conformación de las Cortes, tiempo habrá para comer polvorones y turrón. A pesar de todo, el calendario ha sido generoso.