tribuna villera

La Gomera, ¿Patrimonio Mundial?

En los últimos años La Gomera ha estado en el candelero canario. No por razones políticas solamente, sino por circunstancias relacionadas con la naturaleza y la cultura. Más por la natura que por la segunda, es ley de vida. La gea primero y luego la bio. Ángel Fernández, compañero forestal, participó el viernes 27 de noviembre en la semana científica del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC) sobre Telesforo Bravo, auspiciada un año más por Mapfre Guanarteme. Era la XI edición después de 2004, año en que falleció el profesor Bravo, amigo y maestro. Habló Ángel de la laurisilva, de la madurez de los árboles, de La Gomera y de otros bosques canarios, pero de la selva de Garajonay en primera persona. No en vano lleva más de 25 años, después de que me sustituyera en la dirección del Parque Nacional. Y lo cierto es que enseñó cosas muy bonitas, términos muy curiosos que no eran de mi época, de cuando don Luis Ceballos o Juan Ruiz de la Torre. Trató en su charla del presente invisible, de la hemerobia, del grado de intervención humana, de las megalópolis arbóreas, de las perturbaciones naturales y antrópicas. Los incendios forestales le habían hecho mucho daño profesional y se le notaba porque había que buscar soluciones y no se encontraban. Jaime Coello Bravo, compañero de junta en el IEHC, cerró la semana científica -homenaje a su abuelo- que había iniciado el arqueólogo J. Francisco Navarro el lunes 23 y en la que no faltaron biólogos como Pepe Casanova y Juan Montesinos o el geólogo Eumenio Ancoechea. Cuando Ángel terminó su charla forestal me acordé de Telesforo y de Lito Plasencia. También de José Miguel González y de Casimiro Curbelo, como presidente del Cabildo, por su empeño en el Turismo Sostenible y por su apoyo a la mitigación y a la adaptación del cambio climático. Me recordaron la década de los años 80 cuando se aprobó la declaración de Garajonay como Parque Nacional y el inicio del expediente como Patrimonio Mundial, así como la sorpresa de los historiadores del Servicio de Parques Nacionales de U.S.A. cuando conocieron la Isla Colombina. Quedaron impresionados de La Gomera, de sus costas y de sus montes, de sus pueblos, de Ipalan y Mulagua, de Agana y Orone. Pero sobre todo impactados con la villa de San Sebastián, por el papel logístico que había desempeñado en la historia de América cuando el viaje de Colón al nuevo mundo, que encontró después de partir del puerto gomero de San Sebastián, el 6 de septiembre de 1492, bien avituallado. Por eso la Isla Colombina tiene que ser Patrimonio Mundial, ya que no hay otro lugar del planeta Tierra que tuviese ese mérito geográfico. Todo se andará.