eL CHARCO HONDO

Grúas

Ni un respiro. Ni una mirada atrás, ni un segundo que perder. Saben los profesionales que los rescates tienen en el factor tiempo la milésima que separa el éxito del fracaso, salvar vidas o perderlas. Así siempre. También cuando, semanas atrás, saltó la alarma cerca de La Palma. Localizado el accidentado, los rescatadores saltaron al agua a por él. Conseguido el primer objetivo, lo siguiente habría sido que una grúa tirara de ellos hasta tenerlos dentro del helicóptero. No pudo ser. Cuatro de los cinco helicópteros del GES
-Grupo de Emergencias y Salvamento- carecen de grúa, así que tuvieron que esperar, en el agua, en mar abierto, a que una embarcación de Salvamento Marítimo los sacara.

A juicio de la consejera de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad, todas las misiones realizadas (incluida la de La Palma, contada por el Sepla) se han hecho de manera satisfactoria. A la consejera no le llama la atención, ni le quita el sueño, que los rescatadores se vean en alta mar sin grúa. No bastándole con recalcar que la falta de grúa no impide llevar a cabo los rescates con seguridad, opta por agarrarse a los pliegos de contratación cual náufrago a una balsa y, sin pestañear, se queda tranquila advirtiendo que las grúas no aparecían como condición en el pliego. Si el Gobierno necesitaba a alguien con sangre fría al frente de la Seguridad, Nieves Lady Barreto es la persona idónea. Hace falta ser de metacrilato para despacharse la cuestión con esta ligereza. Aseguran en el Sepla que la exigencia de grúas de rescate sí estaba en el pliego de prescripciones técnicas -vaya, en fin-, pero si alarmante es el supuesto desconocimiento de Barreto lo que estremece es que no esté moviendo cielo y tierra -ni un respiro, ni un segundo que perder- para que los rescatadores cuenten con grúas; porque, de lo contrario, consejera, ¿qué ocurrirá cuando salten al agua, con el mar imposible, y ese día no pase por los alrededores embarcación alguna?