kickboxing

Jonay Risco, versión 3.0

Acaba 2015, el año en el que Jonay Risco ha dado el salto definitivo hasta llegar a la élite. El fajador de San Miguel lo inició intentando sumar más títulos a los con dos cinturones de campeón del mundo añadidos al que consiguiera años atrás con su actual entrenador, Moisés Ruibal, en la esquina enemiga.

“Ha sido un año muy bueno y my intenso”, admitía ayer nada más llegar a Tenerife desde Argentina, lugar donde pasó las últimas dos semanas. Risco recordaba que el 2015 “no empezó bien por la derrota en Topfight Madrid” cuando cedió a los puntos ante Sergio Dinamita Sánchez en un combate en el que “creo que hice todo para ganar y que el público valoró mejor la pelea que los jueces”.

Luego llegaría su obra maestra, en abril. “Con Andy Souwer fue de las peleas mejores y más bonitas de mi carrera” confesaba el de San Miguel que vencía en aquella gran noche de Enfusion Live al legendario fajador holandés después de que los jueces los llevaran al extra round.

Ese combate le llevó a la agenda de las grandes organizaciones mundiales del kickboxing. Empresas gigantescas como Glory, Enfusion o Kunlun Fight le dieron la bienvenida y fue con la última con la que se consagró en un torneo de cuatro púgiles dentro del peso medio celebrado en China.

“El torneo Kunlun me abrió muchas puertas” dijo un Risco que se las cerró en la misma noche al ruso Anatoli Moiseev, el que venció en la ronda de semifinales por decisión unánime de los jueces y al ídolo local, el chino Xiao Jie, al que noqueó en el segundo asalto de la final.

Kunlun Fight quedó enamorada de las virtudes deportivas de Risco y le envió un nuevo reto de dimensiones siderales, el combate contra Sittichai Sitsongpeenong, posiblemente el mejor del momento en el peso medio bajo reglas K-1.

“Contra Sittichai perdí, fue duro y complicado, plantamos cara pero perdimos”, recuerda el tinerfeño que considera que “a ese nivel se notan mucho detalles como el cansancio de los cambios de hora, los vuelos, y perdimos” después de casi dos horas de traslado hasta Bangkok, la patria de Sittichai.

Sin descanso tocó afrontar otro compromiso entre los grandes. Fue en Suiza, dentro de una nueva gala de Enfusion Live y ante el local Cristoph Pruvost con el que hizo un muy buen trabajo que le llevó al triunfo por decisión de los jueces. “Contra Pruvost fue una buena pelea y la llevé bien aunque en el tercero se complicó un poco”, lo que no hizo cambiar la determinación de los jueces.

Su entrenador, Moisés Ruibal, siempre exigente, le preparó una despedida de año acorde al trabajo que había hecho durante los 11 meses anteriores. Le trajo a Tenerife a William The Machine Diender. Y el holandés se llevó una paliza. En los tres asaltos del pleito ni vio al de San Miguel, que sacó su mejor versión, la 3.0 para. “Con Diender fue una de mis mejores peleas”, concluía un Risco que ya tiene el primer reto para 2016, la revancha con Moiseev el 29 de enero en China.