-Pocos saben que el UB La Palma tiene gran responsabilidad de que esté ahora en Tenerife…
“Para mi carrera deportiva, el UB La Palma ha sido fundamental. En el año 98, cuando recibo la llamada de mi agente en la que me decía que podía ir al UB yo estaba a punto de arrojar la toalla. Esto del baloncesto es complicado, apasiona, pero no resulta fácil poder vivir de ello. Tuve muy buenas experiencias en las temporadas 92/93 y 93/94 que culminó con el ascenso a la ACB con CajaBilbao, que acabó por desaparecer por no poder hacer frente al pago del canon y estaba en un tiempo de espera deseando que llegara un club en el que pudiera sentirme cómodo y demostrar lo que yo tenía dentro, entonces llegó la llamada del UB. Un 23 de julio me reuní con Fredy Toledo y su equipo, primero en el restaurante Las Nieves, luego en su casa. Ahí empezó mi carrera profesional porque es allí donde me reivindico. Desde el 98 hasta ahora no he parado. Al UB La Palma le debo todo”.

-¿Somos conscientes de lo que hemos perdido al quedarnos sin el UB?
“El ambiente de basket en Santa Cruz de La Palma es magnífico. En aquellos años, que logramos conseguir el título de EBA en mi primera temporada, era muy efervescente. El impulso de Fredy fue decisivo y la llegada de la crisis, desgraciadamente, también para no poder mantenerse. Estoy convencido que resurgirá, porque va con el sentir de la isla, forma parte del ser de La Palma. Ahora ha habido una pequeña caída desde la que volverá a emerger”.

-Luego regresa a Bilbao, donde sigue siendo un ídolo…
“Tengo esa suerte. Estuve 10 años con el Bilbao Basket y antes con el Caja Bilbao, el Bilbao Patronato. La gente valora lo que has hecho para que haya baloncesto de élite en la que es mi ciudad. Hace poco no pude ir a recoger un premio porque acababa de firmar con el Canarias y la verdad es que me emocionó mucho. El Iberostar Tenerife será el tercer equipo con el que me mida al Bilbao en Miribilla y la gente me recibe cada año mejor y me emociona mucho. Es un reconocimiento que no se da en muchas partes a la figura del entrenador”.

-No se entiende su salida cuando allí era un referente…
“Estar muchos años desgasta. De 2001 a 2010 viví una época fantástica, hasta que tú mismo te das cuenta de que hay cosas que no funcionan, más siendo un club que al que tú ayudaste a crecer. Cuando pasa eso eres el primero que dices ha llegado el momento y no es solo por los malos resultados. Yo sentía también que quería dirigir fuera de casa. El acuerdo fue muy bueno para el Bilbao Basket, a mí me costó digerirlo porque me habría gustado salir de otra manera de mi casa, pero el reconocimiento de la afición, de la gente del basket, me ha enseñado a ver que hice lo correcto”.

-¿Le ha valido eso para adaptarse más fácilmente al Canarias con la salida de Alejandro?
“Sin duda. No es fácil llegar a un equipo, menos a mitad de la temporada, y qué te voy a contar si sustituyes a alguien como Alejandro Martínez que lo ha sido todo en este club. Yo vengo de una situación similar en Bilbao, donde subí de LEB Plata a la ACB, donde jugué una semifinal de Eurocup y de Copa del Rey. Me resultó fácil ponerme en la piel de lo que estaba viviendo Alejandro, a pesar de que todas las personas no somos iguales, y, por lo tanto, me resultó sencillo valorar cuál tenía que ser mi actitud y forma de relacionarme con toda la entidad, entrenadores, jugadores, afición, medios de comunicación y el propio club en el que ha sido tan grande y tan buen trabajo ha hecho Alejandro”.

-¿Le llegó el runrún, tras su salida, de que algo más podía pasar y no solo lo que se dijo?
“Él lo ha explicado muy bien. Son 12 temporadas, un momento en el que él siente que no tiene toda la fuerza que debe tener un entrenador para empujar a un equipo y da un paso al costado. Si hay algo más o no, desde luego que no soy el más indicado para decirlo porque no estaba, pero estoy convencido de que es como se ha contado”.

-Tras el duelo ante el Granca son varios los jugadores que hablan muy bien de usted, ¿le congratula eso?
“Los jugadores que se dediquen a jugar y no jugar a entrenadores. Ellos no tienen que hablar del entrenador, en todo caso será el entrenador el que hable de los jugadores. Eso es lo primero que tiene que quedar claro. No me enfado, ni mucho menos, y más cuando hablan bien de uno, pero los jugadores se tienen que dedicar a jugar por respeto al entrenador saliente y al entrante. Esto es algo que debemos tener muy claro. Los jugadores, en el momento en el que juegan a ser entrenadores, pierden y, probablemente, frente a Manresa, nos pasó que en medio del partido estuvimos jugando un poco a eso. Aprovecho su pregunta para decir que los jugadores deben de jugar, tener chispa y estar al 110% porque entonces podemos ganar a cualqueira. Si jugamos a otra cosa, si analizamos la labor del entrenador o nos podemos a ser filósofos, o hacemos los que yo llamo over thinking, malo. Los jugadores están para jugar, no para juzgar; debe quedar claro de aquí a final de temporada”.

-¿Necesitan ellos también un periodo de adaptación?
“Se están adaptando bien. Saben que necesitamos un impulso a nivel defensivo y que debemos pasarnos la pelota cuando vienen dificultades, porque nos la pasamos mucho cuando jugamos bien. Hay que verlo cuando lo hicimos en Fuenlabrada, pero nos está costando, por ejemplo, contra Manresa. Tenemos que ser más activos y no solo cuando parece que no nos jugamos nada. En Málaga no nos jugábamos nada y el equipo parecía estar más suelto, en Fuenlabrada, estábamos jugando fuera de casa y estábamos sueltos y frente al Gran Canaria, lo mismo. Pero en otros partidos estábamos en los que, a priori, nos jugamos muchas cosas en nuestra mente, estamos como sin chispa, como parados, por eso no tenemos que sobrepensar, porque a este equipo no le va bien cuando los jugadores piensan mucho”.

-Una lástima para la autoestima del equipo que el duelo de Fuenlabrada no se viera por televisión…
“Creo que ha sido el mejor partido del año del equipo. Fuimos capaces de recuperar la esencia del juego del Canarias: anotamos 94 puntos, metimos 11 triples y dimos 20 asistencias. Tuvimos una muy buena puesta en escena, que es algo que nos está fallando durante toda la temporada, en la que de los ocho primeros cuartos que hemos jugados hemos perdido seis y solo hemos ganado con claridad en Fuenlabrada. Fue la primera vez que tuvimos una gran puesta en escena en el plano ofensivo y defensivo”.

-¿Seguiremos viendo a un equipo descarado en ataque?
“Está claro que debe ser nuestro estilo, pero siendo conscientes de que cuando no estás acertado debes jugar de otra manera, siendo más pacientes, jugando dentro-fuera y tratando de acabar las posesiones más cerca de los 5 o 6 segundos restantes que de los 12-14 que estamos acostumbrados. Me encanta jugar con ritmo, ahora bien: si estamos haciendo esos tiros rápidos y no los estamos metiendo no podemos reincidir, porque empieza a ser un error. Debemos ser conscientes de que no todos los días tienes la misma capacidad de acierto porque el aro es pequeño, el balón grande y, a veces, tiras bien y no entra. Ante Manresa había movido banquillo porque entendía que nos faltaba la energía que el partido demandaba por parte del equipo titular y los reservas, en vez de jugar de manera colectiva, enlazan tres triples y una perdida tras el primer pase o incluso sin darlo. Eso no nos puede pasar. Por eso quiero que seamos equilibrados, que cuando estemos enchufados se suelten la melena, pero cuando no sea así entendamos que podemos ganar jugando de otra manera”.

-Estamos todos ilusionados con la irrupción de Petit, ¿debe ser Vidorreta el freno para no lanzar las campanas al vuelo demasiado pronto?
“No, al revés. Yo lo vi el primer día en la Isla y vi que estaba a muy buen nivel. Vengo del Estudiantes, de trabajar con jugadores jóvenes en diferentes etapas. Jaime Fernández está a un excelente nivel, Lucas Nogueira, que vendimos a la NBA, o Juancho, que dejamos preparado tras una gran temporada. También encontramos a algunos a los que les faltaba cierto rodaje, tuvimos que cederlos como Brizuela, Vicedo o Guerra a los que aún este año les está costando. Petit está más cerca de los primeros que he nombrado que a los que les falta tiempo. Me llevé una grata sorprensa cuando Justo y Yáñez lo pusieron de titular en Málaga, o cuando nos ayudó en la victoria frente al Granca. Estoy contento cuando hay alegría en la grada porque Petit salga a la pista, aunque es cierto que en un final de partido igualado, al ser un jugador con dificultades en el porcentaje en el tiro libre, es complicado tenerlo en pista”.

-¿Cómo es entrenar a gente como Pau Gasol en la selección?
“Pau es una estrella a nivel Mundial, pero su comportamiento entrenando es de ser uno más. Sergio Scariolo tiene mucha experiencia y un gran trato, por lo que es quien toma las riendas con él. En algo más de dos meses vivimos una temporada completa, y la preparación fue como la de un equipo, con pretemporada, gira, inicio de competición y play-off”.

-Acaba el Europeo con la medalla de oro al cuello y usted no tiene ofertas para entrenar, ¿cómo se asume algo así?
“Con naturalidad. Acabé contrato el 30 de junio con Estudiantes, que fue cuando me lo dijeron. Desde el 14 de mayo no me habían dicho nada, por lo que ya imaginaba lo que iba a pasar, pero a mediados de junio me había llamado Sergio y me había parecido una oportunidad irrepetible para vivir una experiencia que luego fue extraordinaria, por lo que pude pasar el verano muy tranquilo. Si no sí habría sido más complicado. Trasladé las vacaciones que podía tener en julio y un poco en agosto a octubre y noviembre, pero a primeros de ese mes me encontraba aquí. Estaba seguro de que me saldría algo porque sé que he hecho muy buen trabajo desde que salí de Bilbao, que creo que allí también lo hice, pero como es en tu casa parece que es menor. Me llegó la oferta del Canarias, que fue irrechazable porque, como empecé diciendo en esta entevista, tenía un recuerdo inmejorable de mi estancia en La Palma. Además, lo he visto como una gran oportunidad para mi familia, que está aquí conmigo. Si me hubiera salido entrenar en Rusia, como otros tantos españoles que tienen que salir a ganarse el sueldo, no la habría llevado conmigo”.