TRIBUNA

La lucha por el mando

En el país al que pertenece (gracias al catolicismo) la tierra que me vio nacer se está produciendo un combate, lo púgiles ya han saltado al ring, han comenzado los asaltos. El día veinte el árbitro levantará el brazo del mejor con la clásica frase de …and the winner is…

Pensándolo bien, el escenario metafórico que he propuesto no es tal, por lo tanto, recapitulo y lo retoco un poco. Comienza el baile, cada grupo coreográfico nos muestra su mejor coreografía, se crea el montaje escénico, se estructura la obra, se diseñan las coreografías y se produce el espectáculo según las expresiones artísticas y la normativa legal. Todo esto es habitual en los países democrático, es puro marketing de venta y los grandes juegan con ventaja ya que invierten una millonada en ello: el PP(20 millones en 2011) ahora no quiere decir cuánto, el PSOE 9 millones, Ciudadanos 4 millones y Podemos 2,5, por lógica el que más invierta ganará y este es el PP.

La democracia en España comenzó con Adolfo Suárez González, posteriormente llegó Leopoldo Calvo-Sotelo, este ha sido el menos conocido y mira que sufrió dos golpes de Estado militares durante su corto mandato, de apenas casi dos años, uno el de Tejero como actor principal, el otro una conspiración golpista, sin embargo, y curiosamente este presidente fue el que nos metió en la tan criticada OTAN. El siguiente fue Felipe González, al cual le siguió Aznar el pro-EEUU, después llegó Rodríguez Zapatero al que le faltaba fuerza, y desde hace ya casi cuatro años tenemos a Mariano Rajoy, registrador de la propiedad. El que más tiempo nos dirigió fue Felipe González durante casi catorce años. Todos tienen algo en común y es que todos han sido diputados por Madrid, la capital del reino.

Llega la pugna de nuevo y ahora hay cuatro grandes que en la brega por el “trono”, existen más, pero los cuatro coreógrafo más destacados son: Rajoy (PP) que desea repetir en el pódium, Albert Rivera (Ciudadanos), Pablo Iglesias (Podemos) y Pedro Sánchez (PSOE), todos ellos con su estrategia, el primero como salvador de un país que el PSOE dejo en la UVI, el segundo como una renovación de tendencias cuasi de derechas, el tercero por el cambio total; el borrón y cuenta nueva, y el cuarto, el PSOE de siempre, pero con un personaje renovado, joven carismático e incluso guapo, buscando aquel Felipe González que cautivaba a las mujeres y a algunos hombres.

Como seres humanos tenemos poca memoria y eso es un punto a favor de los que ya nos mostraron sus cartas, tendemos a recordar lo bueno y olvidar el dolor, recuerde: aquellas tasas para poder acceder a la justicia, las dobles pagas sesionadas y una larga lista más. Los demás aún no han tenido la oportunidad de mostrarnos que harían con el cetro en la mano. Pablo Iglesias, dicho mal y pronto es para ellos “un grano en el culo”, y con ese ellos me refiero también a los poderosos lobbies que son quienes verdaderamente están detrás del telón y dan las instrucciones precisas al Gobierno en pro de ellos, los vemos principalmente en el sector de la energía, salud y la banca. A Iglesias ya no sabían ni que sacarle ante su falta de argumentos políticos para rebatirlo, empezando por el hecho de que a su exnovia le gustaba el rock satánico hasta que es amigo de todos los terroristas, le montaron algo así como un “Sálvame Deluxe premiun”. Personalmente me gusta la idea del cambio, pero de un cambio verdadero, no de algo que se quede en la charlatanería, sin embargo, a pesar de mis deseos, debo tener los pies en la tierra y sé que esto no llegará, porque para que esto ocurra hay que tenerlos bien puestos, y … mejor no sigo.