tribuna villera

Maduro no sabe perder

El principio pensé todo lo contrario y por ello me manifesté alegrándome de su comportamiento democrático, al día siguiente de conocer los resultados. No obstante da la impresión que no le hizo caso ni a Raúl ni a Fidel Castro, sus padrinos políticos en la América latina, quienes le enviaron mensajes de apoyo, según publica el periódico oficialista cubano Granma pese al resultado de las elecciones parlamentarias venezolanas del día 6 de diciembre. De aceptar los resultados electorales y congratularse por el triunfo de la democracia y la Constitución venezolana bolivariana, Nicolás Maduro se pasó al lado contrario: al de la intolerancia con los ganadores, al de la guerra, al de las peleas incendiarias, a exigir el cumplimiento de la revolución social frente a la oposición económica, como si de comida se tratara solamente. Malas formas, malas artes en el campo de juego de la democracia. Está usted jugando con fuego, señor Maduro, y luego no se queje. Se lo digo por los artículos que componen desde 1999 la famosa Constitución Bolivariana de Venezuela conocida popularmente como La Bicha. ¿Se los ha leído todos? Fíjese bien en los incluidos en el título IX que trata de la Reforma Constitucional, es decir a partir del 340, que se refiere a las enmiendas, continúa por el 342, que habla de la reforma constitucional, y sigue por el 347, que contempla la Asamblea Nacional Constituyente, con especial énfasis en el artículo 350, antes de entrar en las disposiciones varias, ya sea la derogatoria de la Constitución de la República de Venezuela decretada el 23 de enero de 1961 durante la presidencia de Rómulo Betancourt, las transitorias y la final.

Las medidas políticas que al parecer está tomando el presidente Maduro pueden estar comprometiendo el futuro de Venezuela y como no se debe jugar con las cosas de comer, los amigos de la paz le recordamos que Venezuela es un Estado Social de Derecho y de Justicia, Democrático y Federal. Asimismo el contenido de ese famoso artículo 350, que habla del pueblo de Venezuela y su desconocimiento de cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, los principios y las garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos. A Nicolás Maduro se le nota que no ha practicado mucho deporte porque de lo contrario hubiera aceptado los resultados tremebundos de la MUD sobre el PSUV. Quizás no conozca el mensaje que dejaron algunos buenos deportistas, también maduros pero en la lucha deportiva: “De nada nos sirve ganar si no conocemos antes el sabor amargo de la derrota”.