TRIBUNA

Orgullo chicharrero

La decisión de Bermúdez de destinar en los presupuestos de 2016 la ridícula cantidad de 50.000 euros para controlar a Emmasa, Cetensa y TITSA, significa que persiste el deseo de hacer la vista gorda a los continuos desmanes que estas empresas gestoras de servicios públicos esenciales están cometiendo en nuestra capital. Es una absoluta falta de respeto, una auténtica tomadura de pelo al contribuyente, incluir está exigua partida económica para atender las competencias municipales en materia de control y vigilancia que debe ejercerse sobre estas empresas gestoras de servicios públicos tan esenciales como abastecimiento de agua, transporte público de guaguas y cementerios. A la vez que se conocía esta decisión, expresiva de la sumisión que siempre ha tenido el primer edil con estas grandes empresas, se anunciaba, paradójicamente, unas jornadas para sentirse orgullosos de ser chicharrero, justamente lo que siempre le ha faltado al alcalde para enfrentarse a estas corporaciones privadas.

Porque debo entender que el alcalde sabe de la deficitaria gestión de estos servicios y que el número de reclamaciones ciudadanas contra estas empresas baten récords. Estoy obligado a pensar que el alcalde comprende el alcance de las decisiones que ha adoptado la Junta de Gobierno con relación a Sacyr durante marzo y noviembre de este año y que va a permitir que esta multinacional se libre de pagar los 45 millones de euros que se habían comprometido a fondo perdido. Entiendo que el alcalde sabe que la pasividad de su gobierno está permitiendo que, de facto, se estén autorizando las subcontrataciones realizadas por Sacyr con empresas de su grupo, taxativamente prohibidas en el contrato y causa de las pérdidas millonarias que arrastra Emmasa.

El alcalde también tiene que saber que le damos cada año a Cetensa más de 600.000 euros para que no estalle el escándalo de cementerios. Lo tiene que saber porque en sus dos mandatos como alcalde le hemos dado a Cetensa seis millones de dinero público para que no salte el pelotazo de libro que supuso entregarle gratuitamente, durante 75 años, los terrenos municipales donde actualmente se ubica el tanatorio. El alcalde tiene que saber, porque así se lo hicimos ver al grupo municipal de Sí se puede, que, a pesar de la advertencia del Interventor General, nunca se ha auditado un solo euro de los más de 12 millones de euros que en la actualidad le damos al año a TITSA. Si el alcalde sabe todo esto, la decisión de destinar una partida tan ridícula para controlar a estas grandes empresas sólo puede enmarcarse como una decisión más de su gobierno de expresar públicamente su deseo de seguir mostrándose con ellas dócil y sumiso. Y es que destinar 50.000 para el control de éstas empresas cuando sabemos que al año nos defraudan en nuestras propias narices con varios millones de euros, es un insulto al orgullo de los chicharreros y chicharreras. Creo que somos multitud los que estaríamos mucho más orgullosos de lo que ya nos sentimos por vivir en esta ciudad si tuviéramos al frente de nuestro Ayuntamiento alguien que velara más por los intereses de Santa Cruz , y, de una vez por todas, dejara de ser tan permisivo con estas multinacionales y grandes empresas.
*CONCEJAL DE SÍ SE PUEDE EN
EL AYUNTAMIENTO DE SANTA CRUZ