Él es padre y abuelo, y ella, madre y hermana. Una pareja de mallorquines ha vuelto a poner sobre la mesa el debate del incesto. Y es que ellos, padre e hija, defienden su relación amorosa consentida y el fruto de ella: su hijo. Un Edipo y Yocasta de 2015 que no hubiera sido noticia de no ser por la retirada de la custodia del pequeño.

Ella se quedó embarazada de su padre a los 17 años. Aunque en el Código Penal se fija la edad de consentimiento sexual a los 16, un supuesto caso de abuso sexual podría ser el único delito cometido por el mallorquín. “Constituirá abuso sexual la realización de actos sexuales interviniendo engaño o abusando de una posición reconocida de confianza, autoridad o influencia sobre la víctima”, apunta el Código Penal. En la actual legislación española no se considera delito el incesto, a diferencia de otros países del mundo donde está expresamente prohibido, como el es caso de Alemania. Allí el incesto conlleva penas de hasta tres años de cárcel.

A pesar de que las relaciones incestuosas no son un delito en España, el Código Civil en su artículo 47, impide los casamientos entre parientes. “No podrán contraer matrimonio entre sí los parientes en línea recta por consanguinidad o adopción y los colaterales por consanguinidad hasta el tercer grado”.

“Están enamorados y entienden que no han hecho nada malo, que es una cosa que les incumbe a ellos. Dicen que hay un juicio moral pero que el Consell se basa en que no tienen medios económicos y que psicológicamente no hay preparación de la madre para cuidar a la criatura y en el hecho de que podríamos estar en una equiparación a una violación por la relación de influencia al haber una relación padre e hijo”, ha dicho Alfredo Pulido para TeleCinco, un periodista que ha hablado con la pareja.