Maldito Parné

Cada uno que asuma su papel

El ambiente este año en Fitur fue diferente. A pesar de la incertidumbre del día a día por la actual situación política, las perspectivas han sido muy buenas. Hace unos años, desde el 2009 diría yo, el ambiente de pesimismo era irrespirable. El mercado nacional estaba en caída libre y parecía que no había forma de levantarlo. La quiebra de Spanair y el lastre del consumo que hizo que los españoles viajaran cada mes menos, provocó el hundimiento del mercado nacional. Unos cuantos años más tarde, con la situación económica ya de nuestro lado, las cosas han cambiado y ya, desde el año pasado, se puede respirar optimismo en el recinto ferial de Madrid. Este ha sido el primer año de Fernando Clavijo como presidente del Gobierno canario en Fitur. Y para ser el primero no pasó indiferente. Lo digo porque, precisamente, aprovechó su intervención durante la inauguración del pabellón de Canarias para reclamar a los empresarios del sector que aprovechen los buenos datos económicos para contratar y para ejecutar las obras de reforma necesarias en los hoteles. Hasta ahí bien. Somos conscientes de que el alza del sector de la construcción pasa necesariamente por la reforma y la rehabilitación, sobre todo, de los establecimientos turísticos. Ahora bien, no le falta razón al presidente de la patronal, Jorge Marichal, cuando dice que para ello tienen que aprobarse los planes de modernización y rehabilitación turística, aspecto que, evidentemente, no depende de los empresarios sino del propio Gobierno. Hay planes que llevan meses, por no decir años, durmiendo en la Administración. No les falta razón tampoco a los empresarios cuando se quejan una y otra vez de la maraña legislativa y la gran cantidad de trámites por las que tienen que pasar para ejecutar un proyecto. Estamos de acuerdo en que la situación económica ha mejorado. Estamos de acuerdo en que esta es la línea por la que debe caminar la recuperación del sector. Estamos de acuerdo en que esta vía crea empleo y, al mismo tiempo, se reactiva la construcción, pero no toda la presión tiene que caer sobre los empresarios. La Administración también tiene que poner de su parte y no solo ponerse las pilas para aprobar los planes de modernización, sino también agilizar o eliminar las trabas burocráticas que hacen que cualquier inversión, trámite o proyecto se alargue en el tiempo o lo que es peor, termine por irse a otra zona donde la burocracia administrativa no sea un problema, sino una solución. Cada uno que asuma su papel.

@MariaFresno72