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Camellos maltratados

1. Circula por ahí un video de camellos maltratados por sus cuidadores (es un decir), bajados de un camión de mala manera, atados, abandonados en el suelo casi sin poderse mover durante más de media hora, para luego transportar a los Reyes Magos en las cabalgatas de los pueblos de las Islas. Miren ustedes, si no hay otra forma de transportar a estos animales, que los dejen en sus lugares habituales, pero que no los traten de esa forma tan bárbara. Esto no puede quedar eternamente impune. Los camellos merecen un respeto, tanto respeto como cualquier ser vivo. La imagen puede tomarse al revés: los animales auténticos, pero irracionales de verdad, son los verdugos, que tienen dos patas y un supuesto cerebro: los camelleros; los mártires son estos animalitos indefensos, que “gritaban” como posesos al ser atados para su transporte, los cuidadores (¿) aseguran que para su seguridad. Si los Reyes Magos tienen que ir a caballo, que vayan a caballo, cuyo transporte es más fácil y civilizado. Pero que no maltraten a los pobres dromedarios, como en el video que yo he visto con mis propios ojos.

2. El negocio de las cabalgatas está ahí. Hasta 5.000 euros puede cobrar esta gente de los ayuntamientos, no sé si en blanco, en negro o en verde y tampoco me interesa. Lo que me interesa es que no maltraten a estos animalitos pacíficos, que sólo se pueden defender con sus patas traseras y a salivazo limpio cuando se sienten atacados. Cada vez estamos peor. Ustedes saben que el nivel cultural y el grado de civismo de un pueblo tiene un baremo que no falla: el respeto a los animales. Desde la infame imagen de aquel toro en la romería de Garachico, maltratado y finalmente muerto en el suelo, a varazo limpio, hasta el video de los camellos, todo esto supera el límite de lo tolerable.

3. Las asociaciones protectoras de animales, si es que existen -yo pertenecí a una de ellas, en la noche de los tiempos, conservo el carnet-, deberían tomar cartas en el asunto. Antañazo, sus miembros teníamos la cualificación de agentes de la autoridad cuando se trataba de defender y de hacer respetar los derechos de los animales. Yo me erizo cuando veo cosas como las que aparecen en este video, que me remitió José Bolorino.