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Expertos de las Islas claman ante la falta de atención en la salud mental

La salud mental sigue siendo el gran reto por afrontar de la sanidad española y por ende de la canaria. Lo peor es que, como suele ocurrir con la procrastinación (en pocas palabras, cuando se deja la tarea para el final), el problema crece y sus efectos en nuestra sociedad se agravan.

Así se desprende de la intervención parlamentaria efectuada ayer por el presidente de la Federación Canaria de Salud Mental, Andrés Mendoza, y de la opinión que prestan sobre el tema a este periódico los psicólogos clínicos tinerfeños Víctor Camacho y Tamara de la Rosa.Mientras Mendoza advierte de que pronto será la segunda causa de las patologías existentes en las Islas (tal y como recoge Efe Canarias), Camacho recuerda que prácticamente la mitad de las visitas a los centros de salud están causadas por estos males. A su vez, De la Rosa espera que, poco a poco, aumente la percepción de que la salud mental es tan importante como la física, tradicionalmente preferida.

Lo que viene

El presidente de la federación canaria reclamó ante los diputados autonómicos un plan de salud mental que no “cuelgue exclusivamente” de la Sanidad “para proteger a las Islas de lo que nos viene encima” cuando estos trastornos sean la segunda patología más relevante.

Mendoza, quien dijo hablar desde la experiencia directa de padecer un trastorno mental desde hace más de 30 años, aportó datos de la Organización Mundial de la Salud sobre el coste que representará el aumento de este tipo de patologías en la sociedad, y que pueden conllevar el consumo de entre un 3,5 y un 4,5 del Producto Interior Bruto de los estados, lo que obviamente repercutirá en el gasto social y sanitario. Por ello es preciso tener todos los dispositivos sanitarios al alcance pero además, insistió Mendoza, también deben tener un protagonismo fundamental las áreas de educación, políticas sociales, laboral y de justicia.
“Tratados en 2 minutos”

Por su parte, el prestigioso psicólogo clínico Víctor Camacho explicó que ese torrente de visitas a los centros de salud originados por esta causa “son mal tratados en dos minutos y generalmente con fármacos, lo que no sólo no resuelve el problema sino que en ocasiones lo agrava”.

Sobre la incidencia en nuestra sociedad, Camacho detalló que la mayoría de los problemas con las drogas o de violencia de género tienen su base en problemas de salud mental o, sencillamente, “de higiene mental”.

En cuanto a la yatrogenia o daños causados por los médicos que recetan fármacos de forma sistemática a este tipo de pacientes, este especialista denunció tales prácticas “que habitualmente padecen las personas mayores”, si bien añadió que “se debe en buena parte a la ausencia de los recursos adecuados”. A este respecto cabe recordar que el año pasado la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias alertó mediante una campaña publicitaria sobre los problemas derivados del abuso de psicofármacos en el Archipiélago.

Lejos de ser pesimista, Camacho abogó por “afrontar el problema creando una red de atención en primaria; cada paciente debe tener su psicólogo de cabecera”. El experto entiende que tal esfuerzo “merece la pena porque los beneficios sociales son enormes”, a la par que lamentó “los níveles ridículos que se ofrecen en la actualidad”. Por su parte, Tamara de la Rosa coincide con Camacho a la hora de considerar negativamente el exceso de medicalización para afrontar los problemas de salud mental, “y más cuando no se recurre al apoyo de un psicoterapeuta”.

Entiende la especialista que es “la precariedad generalizada en la Sanidad lo que conduce a ese exceso de medicalización”, a la par que insistió en la necesidad de fomentar el culto a la salud mental para combatir el mito de que “basta con la salud física para estar sano, porque con ir al gimnasio no es suficiente”.

Hay que prevenir

Puestos a buscar soluciones, Tamara de la Rosa pone el acento “en la prevención, en la detección precoz, con especial atención a la adolescencia”. Para ello considera importante “actuar tanto en colegios como en familias”, un concepto al que también aludió Mendoza en la comisión parlamentaria de ayer.
“Es a esa edad cuando empiezan a detectarse trastornos de comportamiento y se deben ofrecer al paciente las herramientas adecuadas para combatir sus problemas de, por ejemplo, agresividad, falta de control o incapacidad para manejar la frustración”, razona la psicóloga. Los expertos coinciden: la salud mental es el gran reto pendiente. El ambicioso plan para acabar con los psiquiátricos como única respuesta para la salud mental ha dado como resultado que son las familias y los ambulatorios quienes llevan el mayor peso de la enfermedad salvo, claro está, cuando se trata de patologías graves.
El resumen lo pone Víctor Camacho al recordar que “hoy en día no se consigue nada, los resultados son nulos”.