nombre y apellido

Frank Sinatra

Alfredo Kraus representó la excelencia técnica y, también, la viva inteligencia para administrar sus facultades en el ámbito de la ópera; Frank Sinatra (1915-1997) actuó de modo paralelo en la música popular del siglo XX. La nutrida discoteca familiar -como los caprichos y pequeños lujos, adquirida a través del cambullón- me familiarizaron desde la niñez, entre otros ídolos, con el cantante canario y con este norteamericano de primera generación -hijo de siciliano y genovesa- que, desde la primera mitad de la pasada centuria, grabó mil quinientas canciones y editó cien álbumes de culto con los mejores compositores, productores y discográficas. Actuó, también, en cincuenta películas -una de ellas, De aquí a la eternidad, dirigida por Fred Zinnemann en 1953, premiada con un Óscar al mejor actor -en una amplia lista de documentales, varios sobre su biografía, y en programas y musicales de los canales televisivos de mayor proyección y audiencia. Además de numerosas aventuras con estrellas de Hollywood, Sinatra se casó cuatro veces; con Nancy Barbato, con la que tuvo tres hijos; con Ava Gardner, el animal más bello del mundo, en una apasionada y turbulenta convivencia de apenas dos años; con Mia Farrow en la década de los sesenta y, finalmente, con Bárbara Marx en 1976. Su fuerte personalidad, y la fidelidad que mostró siempre a sus amigos, le erigieron en el líder del Rat Pack, también llamado Clan Sinatra, integrado por Dean Martin, Jerry Lewis, Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Peter Lawford, David Niven, Shirley MacLaine, Sammy Davis y Joey Bishop, entre otros. Las acusaciones sobre posibles vínculos con la mafia no enturbiaron su popularidad como cantante, fundamentada en su capacidad de comunicar sentimientos y emociones y en la elegante naturalidad con la que hizo suyas las creaciones de George Gershwin, Cole Porter, Jimmy Van Heusen y Sammy Cahn, entre otros. Entró pronto en la jerarquía de los grandes nombres -Bing Crosby, Fred Astaire, Louis Armstrong-que entendieron que una canción era, simplemente, la extensión de una conversación, con la mayor expresividad posible. Con una tesitura próxima a la de barítono bajo, un sabio y astuto control de la respiración y la perfección del fraseo exigible a un intérprete lírico, fue el pionero en el uso de todas las posibilidades de la amplificación del sonido, tanto en los directos como en las grabaciones, para colocar su voz, la Voz, sobre las mayores orquestas de un modo diáfano, cálido e irrepetible, a su manera.