cuadernos de áfrica

¿Gambia? No, thanks – Por Rafael Muñoz Abad*

Imaginan un país en el que su presidente fuera un negro analfabeto y gordo que afirma curar el sida con sus manos? Bienvenidos a Gambia. La [mal] llamada sonrisa de África es la apendicitis no operada del esperpéntico intestino colonial. Una angosta franja pantanosa encajada en Senegal donde se habla un inglés artificial y sin recursos algunos más allá del cacahuete y un turismo embrionario. La verdad, me gustaría encontrar a alguien que haya repetido viaje y me lo explique.

Yahya Jammeh accedió al poder al mejor estilo africano, bajo un golpe de estado en 1994. Su “reinado” es un ejemplo de corrupción, brutalidad y surrealismo. Un digno sucesor de Amín.

Entre sus hazañas figuran haber sacado al país de la Commonwealth, amenazar con empalar homosexuales o la más reciente de este orangután vestido de santero, proclamar a Gambia como el segundo estado islámico de África y amenazar con obligar a las funcionarias a vestir un velo. Algo que contrasta en una sociedad donde hay matrimonios aceptados entre la mayoría musulmana y los que profesan el cristianismo.

Declarar a Gambia como un Estado islámico es una acción desesperada para intentar atraer inversiones de las petromonarquías del Golfo Pérsico. Pero, ¿cómo se lo tomarán en Dubái o Qatar al saber los atracones de jalufo que se dan los gambianos, las juergas de cerveza Julbrew que los guiris se corren en Serekunda, o el buen nombre que el país tiene entre los amantes del turismo sexual? Por no citar los vuelos de Monarch repletos de cincuentonas rollizas en busca de tarzanes de chocolate…

Este es un poco el paraíso que alguna aerolínea canaria promociona como si se tratase del Kruger Park o fueras a vivir una experiencia en plan Memorias de África. Aun así, seamos justos, pues su población, que apenas llega a los dos millones y vive en el umbral de la miseria, es quien realmente sufre esta simiocracia de represión.

Respecto a las posibles conexiones con el crimen organizado y el integrismo, es cierto que hay rastros que nos conducen a Nigeria y sus señores del contrabando; lo cual me hace recordar lo útil que le es al narcotráfico la discreta costa gambiana para la droga que cruza el atlántico rumbo a… Canarias.

*CENTRO DE ESTUDIOS AFRICANOS DE LA ULL

@Springbok1973