superconfidencial

Gobierno, ¿qué Gobierno?

1. Ni siquiera el rey, que lo debería saber todo, tiene claro si habrá Gobierno o nuevas elecciones. Yo, que he jurado muchas veces no hablar de política, estoy al borde del desasosiego absoluto. No sólo me cercan los acreedores, cual sastres del tebeo, sino también anulan los políticos mi voluntad. Oh, majestad, yo tampoco, a pesar de mis 46 años de curro en este oficio de tinieblas, sé si habrá Gobierno o nuevas elecciones. Y luego mis íntimos insisten en mi pesimismo y en que no diga más que me voy a morir. Coño, ¿y qué quieren que diga viendo estas Españas tan alteradas, que me ponga a tirar cohetes, como mi padre, paz descanse, que aparentaba no conocer la tristeza y que era feliz lanzando voladores? Pues a lo mejor imito su actitud. En los cumpleaños de sus hijos hacía volar globos con forma de Cantinflas, que compraba en la Casa Portuguesa y que se alimentaban en su viaje de un algodón impregnado con alcohol. Volaba muy alto, más alto que los parapentes, hasta que nuestro Cantinflas desaparecía en el infinito, con su sonrisa, su bigotito y su gabardina.

2. Y es que no hay generosidad. Todo el mundo la pide, pero nadie hace demostración de ella. Ana Oramas y Pedro Quevedo pisaron las alfombras de La Zarzuela. Que ni chiquitos bucaneros los de Nueva Canarias, que dejaron al PSOE sin un diputado por Las Palmas. Quevedo, a pesar de su alianza con los sociatas, se fue al Mixto y Ana Oramas ya estaba en él. Ninguno de los dos dio soluciones al monarca; ¿cómo iban a hacerlo con su exigua representación parlamentaria? Y los dos salieron hablando de nuevos comicios. ¿Traslucían ambos el pesimismo de don Felipe? Creo que sí.

3. Cuando escribo, la ronda continúa. Algunos no quieren ir a ver al rey, otros sí. ¿Por eso le dicen la España plural? ¿O quizá habría que definirla como la España idiota, la España partida, cuando lo que toca es la unión? Yo, repito, estoy cercado por las ideas peregrinas, por los políticos imbéciles, por la maledicencia nacional, por tanto bobo opinando. Por mucha gente, como podrá haber comprobado el desocupado lector. Esto no tiene solución porque, además, si se celebraran nuevas elecciones volvería a ganar el PP. ¿Y entonces?