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Greñamillo

1. El mago, que es sabio, cuando siente disturbios en el caño del orín se bebe medio litro de greñamillo, hervida en agua, lo que le alivia notablemente el miembro y le devuelve el sosiego. El jueves, Celia Villalobos, al ser preguntada por el aspecto de la izquierda radical que ha tomado el Congreso, ha respondido que quién no tiene un sobrino rasta (pelo greñamillo) y que, con tal que se lave las greñas, ella no tiene nada que objetar. La cosa yo creo que iba con el diputado de Podemos por Santa Cruz de Tenerife Alberto Rodríguez. Tenían que haber visto la cara del pulcro Rajoy cuando el moñas pasó por delante de él, momento que naturalmente captaron las cámaras.

2. Estas alboradas de la izquierdona suelen durar poco porque enseguida viene un Espartero y entra en el Congreso con caballo y todo. Este edificio ha vivido de todo, incluso el esperpento del bigotudo Tejero disparando al aire y dándole un cango a Gutiérrez Mellado. Ahora sabemos que Podemos se financia no sólo de Venezuela, sino de Irán, un país que fusila a los homosexuales y lapida a las adúlteras. Cojonudo, Pablete, eres un crack.

3. El show también tiene como protagonista a la actriz secundaria Carolina Bescansa, que lleva a Diego al escaño y le da la teta allí, con gran regocijo del personal de los alrededores. Además, exhibe al niño, pero exige que le pixelen la cara en las fotos de la prensa para preservar su intimidad. Pues si quieres preservar su intimidad, no lo expongas. Es la nueva fauna parlamentaria que, para mí, durará poco. No por miedo a Espartero, sino por lógica y porque da pábulo al aburrimiento.