Domingo cristiano

Iglesia, paga el IBI

A falta de nieve, el recurrente discurso sobre los presuntos privilegios de la Iglesia Católica vuelve a casa por Navidad. Me asegura una fuente de toda confianza que el alcalde de La Laguna no está realmente pensando en ello, pero el rumor ya es imparable: el consistorio lagunero se plantea cobrar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a la Diócesis.

Y yo digo que sí. Que estoy de acuerdo con que lo haga. Si ése es el problema que impide la recuperación económica del municipio, si el montante es tal que La Laguna -o cualquier otra localidad- no consigue levantar cabeza a causa del roto que les produce… Si es legal y se va a actuar con la misma contundencia en otros terrenos y con otras organizaciones… Si todo esto se cumple y resulta ser el verdadero origen del quebranto económico municipal, pues que cobren. Claro que, puestos a hacer cuentas, habrá que hacerlas todas. Y tendremos que calcular entonces lo que la Iglesia ahorra a las administraciones cuando suple su ineficacia o, directamente, cuando llena el vacío que dejan las instituciones públicas que prefieren mirar hacia otro lado. Hacia el lado donde no haya personas con deficiencia mental severa, donde no se aposenten los abuelitos en situación de desamparo o de soledad extrema. Hacia ese lugar donde no habitan los niños en situación de desamparo y lejos del rincón donde se arriman los que no tienen qué comer o qué vestir hoy. No mañana, cuando se resuelva el expediente municipal incoado a tal efecto, sino hoy. Ahora.

¿Demagogia la mía? Demagogia la de la cofradía del IBI. ¿Concretamos? Siendo Celso y yo responsables de dos comunidades parroquiales laguneras, decenas de personas llamaron a sus puertas asegurando que en Asuntos Sociales les habían derivado a Cáritas. Que sí, que había acuerdo firmado con fotos y todo, pero si quieren datos sobre el convenio, pues también los ponemos sobre la mesa.

Con IBI o sin IBI, la Iglesia nunca dejará de atender a quien le pida ayuda, sin preguntar por su creencia o su origen. Sin horas de ventanilla. Nunca hará chantaje con dejar de transitar las periferias físicas y existenciales de la sociedad. Pero, ¡basta ya de aprovechados! Es automático: un partido, un político tiene problemas internos, de imagen o de quítame de delante esa cajita b… es tener un problema y tirar por el recurso de los privilegios de la Iglesia.

Y no. No es justo. Ni ético. No responde a la verdad de lo que realmente sucede. Es una intoxicación que falta al respeto a quienes luchan todos los días por mejorar el mundo. No sólo en Navidad y delante de las cámaras.

@karmelojph