Érase una vez un líder del Partido Popular en La Victoria de Acentejo que se presentó a las pasadas elecciones municipales con la esperanza de mejorar el escaso respaldo que los vecinos de dicho municipio suelen ofrecer al PP. No es que obtuviera gran cosa, aunque al menos no perdió ninguno de los ediles con los que ya contaba y sumó unos 30 votos más. Para que se hagan una idea, no llega a 900. Sin embargo, el futuro le preparaba una celada y los socialistas, cuyos seis concejales no le daban para gobernar, optaron por auparle a la Alcaldía para evitar que pactase con CC, que tiene cinco. Lejos de felicitarle, el PP lo expedientó y, finalmente, ayer lo expulsó. Para colmo, los modos han sido terribles al no respetar el Comité de Derechos y Garantías los plazos fijados en los estatutos de la formación política. Fermín Correa cuenta ahora con una base sólida para llevar al PP a los tribunales, pero de poco le serviría. A estas alturas aún debe dudar si su error fue ganar la Alcaldía… o presentarse por el Partido Popular.