después del paréntesis

Maduro: mal ganador y perdedor

Los políticos totalitarios -de derecha o izquierda- tienen un mal ganar y un mal perder. Al ganar silencian opositores, implantan pensamientos políticos únicos, recurriendo para ello al control de medios de comunicación, Justicia, Poder Legislativo y recorte de derechos. Y mal perder, pues desacreditan el triunfo de una oposición a la que no conciben gobernando, o controlando su Administración, como hemos observado en el reciente recambio presidencial en Argentina y el legislativo en Venezuela.

En Argentina, que Cristina Kirchner no asistiera a la asunción de su sucesor Mauricio Macri, más las amenazas de sindicatos y fuerzas sociales aliadas, demuestran que, aun con una inicial buena convivencia entre Ejecutivo y Legislativo -este último mayoritariamente kirchnerista-, todo puede acabar mal.

Pero desde este miércoles puede ser peor en Venezuela, donde la oposición tomó el control de la Asamblea Nacional (AN) tras un abrumador respaldo electoral, pues fue descalificada por el presidente Nicolás Maduro, y el bloque parlamentario chavista (PSUV) se retiro invocando -curiosamente, pues ellos nunca lo cumplieron- que las nuevas autoridades violaban el Reglamento Interno de ese cuerpo legislativo.

Si agregamos que Maduro anunció que vetará toda ley del bloque opositor, les ha retado a proponer un referéndum revocatorio en su contra, y llamó a sus simpatizantes a defender la revolución en las calles, los próximos cuatro años de su mandato presidencial no serán pacíficos.

Es cierto que, en términos futbolísticos, Acción Democrática entró al terreno “con los botines de punta”, proponiendo una amnistía para sus miembros detenidos, y destituir en breve a Maduro. Pero este no ha dejado más opción al no aceptar que en las recientes legislativas no triunfaron 112 opositores hoy ya legisladores, sino la voluntad mayoritaria de la sociedad venezolana. Y eso, ni Maduro ni Kirchner lo aceptan. Porque tienen mal ganar y perder.

gerardoctkc@gmail.com