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El mejor regalo de cumpleaños de Jonay Negrín

Hace tres días que Jonay Negrín cumplió los 38 años. Lo hizo en el lugar de sus sueños, Estados Unidos, donde viajó junto a Adasat Toro Rojas, el púgil tinerfeño que mañana se medirá al norteamericano Caleb Sweet Hands Plant en el Club Nokia de Los Ángeles.
Jonay estará en la esquina del antiguo monarca nacional del peso semipesado en este reto de dimensiones complicadas que supone ganarle a un prospecto invicto como Plant, con 11 triunfos y nueve de ellos antes del límite. Pero la expedición tinerfeña no pierde la ilusión…, y menos en una fecha tan señalada para Jonay.

“Vamos a intentar que su regalo de cumpleaños sea aún mayor y que nos llevemos el triunfo para Tenerife”, señalaba ayer el mismo Adasat ya instalado en la base de operaciones central. Y es que Jonay, Adasat y su mánager Ricardo Sánchez Atocha ya han dejado el hotel Crowne Plaza, ubicado en las cercanías del aeropuerto internacional de Los Ángeles y ahora ocupan habitaciones en el Sheraton Los Ángeles Downtown Hotel, en el mismo centro de la ciudad, a pocos kilómetros del mítico Forum de Inglewood, del estadio de Pasadena o de las famosas colinas de la ciudad californiana.

Ayer el cansancio y la tensión hicieron mella en el entrenador tinerfeño. No fue su mejor día, visitó al médico para ser atendido por unos mareos, pero las noticias desde Los Ángeles fueron positivas. Su malestar era producto del cambio horario y del cansancio después de tantos vuelos y con el nerviosismo de tener una cita tan importante en apenas unas horas.

Y es que después de salir de Tenerife Adasat y Jonay se vieron en Madrid con Ricardo Sánchez Atocha. Hubo una sesión de entrenamiento en las instalaciones del gimnasio Barceló y luego una visita a los estudios de Radio Marca donde los tinerfeños se encontraron con los periodistas especializados en boxeo Jaime Ugarte y Emilio Marquiegui. Luego llegó el viaje transoceánico, la llegada a Los Ángeles y un entrenamiento a las cinco de la madrugada, nada más llegar al hotel para seguir con la preparación y la búsqueda de la puesta a punto ideal.

Ayer Adasat buscaba afinar con el peso. “Aún me falta un poco, pero estoy bien, he ido a correr y he entrenado un poco, me encuentro muy bien, muy fuerte y tengo muchas ganas de que llegue ya el momento de subir al ring”, decía el fajador tinerfeño. Ya hoy la cosa se pondrá más seria. Llegará el momento del pesaje y luego tendrá que atender a los medios de comunicación para, posteriormente, le tocará recuperar fuerzas, nivelar el esfuerzo hecho para poder dar el peso pactado y concentrarse para la batalla.

“Sé que no soy el favorito pero no me preocupa, la gente me conoce, saben que saldré al cuadrilátero a darlo todo porque no sé hacer otra cosa sobre el ring”, aseguraba un Adasat muy motivado. El Toro ya había estado el pasado verano en Catskill, Nueva York, la patria chica de su ídolo Mike Tyson, donde se crió como boxeador a las órdenes del mítico Cus D’Amato.

En esta, su segundo experiencia, el tinerfeño pasará a la acción. Sabe que Plant tiene su particular fiesta preparada y quiere arruinársela para celebrar el cumpleaños de su entrenador.