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El país que todos hemos construido

1. En el país que todos hemos construido, o sea en España, cabe que un exjefe del Alto Estado Mayor de la defensa, con el PSOE/Zapatero, el teniente general del Aire José Julio Rodríguez, se pase a Podemos, es decir, a la izquierda radical que no quiere a Europa, ni a la OTAN. En el país que todos hemos construido, la misma España, se permiten cargos independentistas catalanes insultar al jefe del Estado, sin que la Fiscalía intervenga de oficio para evitarlo. Esta España no puede ir a ninguna parte. Parece que la Fiscalía se ceba con algunos y a otros los deja pasar. Me parece muy bien que el rey no reciba a la presidenta del Parlamento catalán; le silban cuando va al estadio a entregar un trofeo al Barça y quieren que reciba a los que alientan los silbidos. La monarquía, el rey, la Jefatura del Estado, tiene que mantener la dignidad. Y ha hecho muy bien el ministro del Interior en nombrar a la Benemérita. Si alguien quebranta la ley, la Constitución votada por todos los españoles, incluso el Código Penal, pues que le manden a la Guardia Civil. Sin contemplaciones, como se hace con los delincuentes, porque quien quebranta las leyes, delinque.

2. Los dirigentes catalanes, irresponsables, locos, están poniendo en peligro la estabilidad de España. Y también contra eso podría actuar la Guardia Civil. Si quienes los han votado supieran que la trama que han montado Mas y su mariachi ha sido para intentar salvar a los Pujol, a todos los corruptos de la clase dirigente catalana y quién sabe si a él mismo de la mazmorra, otro gallo les cantaría. Nada de esto es nuevo. En las vísperas de la guerra civil hicieron lo mismo Companys y los demás y el proceso acabó a garrotazos. El Gobierno de España, aunque esté en funciones, no puede dejar pasar una más. Y lo peor es que el tonto útil de Sánchez, obsesionado con deteriorar a Rajoy, no está colaborando lo suficiente para acabar con el desmán catalán. Parece increíble.

3. Este es el país que hemos construido. Al final no va a pasar nada porque todo el mundo tiene que regresar a la vereda de la ley, pero joder, joden mucho. Ellos saben que no irán a ninguna parte, que los han metido en un callejón sin salida, pero han llenado de mochilas sucias el Parlamento de Cataluña. Qué vergüenza, parecemos Grecia, no la clásica, sino la cutre.