tribuna política

Resiliencia: debemos reinventarnos

Sin ningún tipo de dudas, estamos viviendo momentos complicados repletos de cambios que requieren de un completo y minucioso análisis. El camino recorrido hasta ahora en el país y en la política del país ha sido positivo gracias a todos los ciudadanos de todas las ideologías por cuanto hemos librado una dura batalla en la que de los grandes problemas sociales hemos salido beneficiados todas y todos los ciudadanos, pero sin permitirnos triunfalismos ni pararnos a apreciar ni vivir de las rentas del trabajo realizado. No nos lo podemos permitir. Queda mucho que hacer y muchas personas pasándolo mal.

No es hora de discusiones y reproches, sino más bien de diálogo y consenso que nos ayuden a todos a dar los pasos necesarios para no echar por tierra lo logrado hasta ahora. Esto es mérito de toda la ciudadanía. De todos los españoles y españolas, que han sido los grandes impulsores de la recuperación de nuestro país y de su economía.

Para nosotros la política es sentimiento y referencias. Hay que hacer un esfuerzo por hablar de estos dos principios, porque de no hacerlo no se invierte la evidente curva de degradación política, que no favorece a nadie sino a los antisistema. Debemos reinventar la política, acercándola al ciudadano y apostando, de una manera decidida y real, por la transparencia y el deber de servir al ciudadano. Nos guste o no, todos hemos tenido que pasar por algún tipo de adversidad en cualquier ámbito y faceta de nuestras vidas. Es ahí, ante estos contratiempos que puedan ocurrir, donde tenemos que ser capaces de resistir y sobreponernos, y les aseguro que se puede. Claro que se puede. Soy cirujano de profesión y conozco miles de casos que servirían como ejemplo de lo que les hablo, y en algunos procesos se trata de procesos equiparables.

¿La clave?; la actitud positiva. Esto se traduce en la habilidad de crecer, madurar e incrementar la competencia de cara a circunstancias adversas de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido e incluso transformado, como bien definió K. Gordon en 1996.

En eso consiste la resiliencia, en la capacidad de las personas para sobreponerse a periodos de dolor emocional y traumas. En este sentido, todos estamos expuestos a este tipo de adversidades, nadie se libra de las desgracias porque el azar juega y mueve fichas por nosotros, nos guste o no.

La sicología positiva habla de la resiliencia como la entereza que va más allá de la resistencia y en donde se establecen unas etapas: equilibrio que enfrenta a la tensión, el compromiso y el desafío, la superación, la significación y la valoración, la positividad de sí mismo, la responsabilidad de sí mismo y, por último, la creatividad. A pesar de los acontecimientos, por muy malos que estos sean, nos permiten una proyección de futuro en donde compromiso, control y reto van de la mano. Compromiso, control y reto que algunos utilizamos de forma positiva para aportar nuestro grano de arena a las circunstancias que nos ha tocado vivir y que se contrapone con el empeño de otros en amargar a sus semejantes quizá por algún complejo de inferioridad, porque no son capaces de realizar sus propios proyectos o simplemente porque no conocen otra forma de vivir.

Por eso, los animo a ponerla en práctica porque será una buena manera de construir desde la adversidad y aprender de las dificultades y así seremos capaces de ver el lado positivo de todo lo que nos ocurre. Recuerde que el optimista tiene siempre un proyecto; el pesimista, una excusa. Intenten estar en el primer grupo… la vida será más apasionante.

Tenemos que reinventarnos.

*SENADOR ELECTO Y PRESIDENTE DEL GRUPO DEL PP EN EL AYUNTAMIENTO DE LA LAGUNA