otras coordenadas

‘Rincones’

Próximo a El Rincón de La Orotava se encuentra el origen del autor de nuestra revista, que vive en El Rincón de Buenavista, desde donde coordina Rincones, cuyo noveno número está siendo estos días presentado en toda Canarias. Ya está en librerías. Pudiera sugerirnos su nombre que nuestra revista se encuentra en un ángulo, en lugar retirado y residual, apartada del entorno cultural del que surge. En mi opinión este alejamiento es táctico, permite a la revista situarse en una posición crítica y por lo tanto científica respecto a la realidad que analiza. Aclarar posición, contenidos y alcance, es la finalidad del artículo de hoy. La vuelta al pasado es un poderoso y recurrente argumento, más emocional que racional. Como lector asiduo de Rincones desde su primer número en 2003/2004, me permito las siguientes reflexiones.

Primera reflexión: sus antecedentes cercanos. La aventura editorial en Canarias es compleja y su mantenimiento en el tiempo más. De Rincones encontramos sus antecedentes canarios en temas de arquitectura y territorio en la década de los 70. Con Lanzarote Arquitectura Inédita, de César Manrique (1974); con Aproximación a la Arquitectura Popular Canaria, de Adrián Alemán (1975); con la Arquitectura Doméstica Canaria, de Fernando Gabriel Martín (1978) y con la Arquitectura Popular de Fuerteventura, de J. M. Fernández-Aceytuno (1979). Referentes previos a una obra como Rincones, que se centra en el “paisaje humanizado” ligado al mundo rural canario y su entorno. Rincones no entra en la ciudad, se mantiene en el campo antropizado, en el ideal de un mundo pasado, cuya capacidad de adaptación debemos reconocer. Segunda reflexión: lo canario. La postura que nos interesa es la de integración entre lo local y lo global. Rincones del Atlántico va desde la pequeña escala de su nombre a globalizarse en la Macaronesia atlántica. El sólido soporte científico de la revista en torno a las ciencias naturales evita las clásicas derivas nostálgicas del género, donde la exaltación del pasado se convierte en valor por sí mismo. Rincones no se esconde en lecturas políticas, sociológicas ni sentimentales. Se distancia del objeto para analizarlo con frialdad, lo que no evita que racionalice sus pasiones.

Tercera reflexión: el género literario. Se diferencia una revista de un libro en su tamaño, la tapa dura y los contenidos. Rincones ha publicado con la serie de páginas que sigue, 174 / 250 / 282 / 306 / 392 / 418 / 464 y 544, editando 8 números en 12 años. Al pasar de 400 páginas tuvo que poner tapa dura. Por periodicidad, tapa dura y contenidos ya es un libro. Rincones ha modernizado el formato del género, es un libro de estampitas, que permite su lectura independiente con las fotos y sus pies de página, o separadamente por la entrada desde cualquier artículo. Lo convierte en libro la unidad y articulación de su discurso. También el mantener su neutralidad ideológica. Se comprueba observando cómo se ha mantenido su actualidad con el paso del tiempo.

Cuarta reflexión: la financiación. El modelo alternativo con que cuenta le ha permitido sobrevivir 12 años, atravesando la mayor crisis económica desde la posguerra. Se soporta en una estructura sin gastos fijos ni local. Realista al no depender económicamente de la Administración ni de los anunciantes, carece de publicidad. Ha tejido una red de colaboradores, que son la base social de Rincones. Ya Alvin Toffler, en su libro sobre la Revolución de la riqueza(2006), señalaba el prosumo, donde se unen producción y consumo, como uno de los vectores de desarrollo de las sociedades globalizadas. En España, aún la cultura sigue considerada como en elemento de marketing político, o como una obligación trasladada desde una sociedad civil, incapaz de asumir sus obligaciones. Bien es cierto que no contamos con una ley de mecenazgo, al modo de las legislaciones europeas centrales, o la más desarrollada de EE.UU., donde el 100% de los impuestos pueden dedicarse a estos fines. La técnica del crowdfunding iniciada por Rincones, todo un acierto.

Quinta reflexión: la cultura como soporte. Señala uno de los autores el “carácter criollo” de la cultura canaria. Que en el caso de la arquitectura y su territorio encuentra referentes en España (Galicia-Asturias), Portugal y Europa y la réplica desde el regreso americano. Rincones no se queda en el continente de las casas, sino que analiza sus contenidos, la etnografía de la sociedad de soporte. Rincones usa con profusión las técnicas del entomólogo. Es coleccionista y mide los tiempos de forma obsesiva, comparando el ayer y el hoy. Colecciona puertas, ventanas, portadas, bancos, techos, galerías, balcones, chimeneas, hornos (de cal, brea, higos, tejas, cerámica, pan, cocina), plantas, flora, árboles, cetáceos, dragos, frutas, papas, peras, castañas, jardines, molinas, planos, fotos aéreas y más. Rincones posee el soporte necesario para consolidarse en el tiempo. Cualquiera de nosotros puede formar parte del proyecto de economía colaborativa de Rincones, cuya coordinación y diseño lleva quien aparece en la cabecera.

*Arquitecto y urbanista