1. El Ayuntamiento de Madrid, que preside la anciana Manuela Carmena, ha sacado a concurso plazas de barrenderos en las que se valora que los aspirantes y aspirantas (esta última palabra no existe) hablen bengalí, el dialecto wólof (que se platica fluidamente en algunos pueblos de Senegal y de Gambia) y el chino. Porque para barrer bien hay que saber idiomas, sobre todo éstos, que son muy prácticos a la hora de darle a la escoba. Me parece que la vieja se me chifló. La cabalgata de Reyes y los esperpénticos personajes que asistieron a ella han acabado con la neurona de la ex jueza, que lleva camino de volverse como una chota. Ya no viaja Carmena en metro porque la insultan; ahora circula en coche oficial y con escolta. No sabe nada la alcaldesa, que trae a los madrileños de cabeza. Por ejemplo, Madrid, hoy por hoy, es la capital más sucia de Europa.

2. Pero sacar un concurso para cubrir plazas de barrenderos y valorar un dialecto africano desconocido me parece mucho peor que el tal Sánchez se inspire en el insignificante primer ministro luso Antonio Costa para demostrar al mundo mundial que un pacto con la izquierda es saludable para el país. Los barones del PSOE se ríen detrás de las cortinas de Ferraz: “Déjalo, déjalo que se estrelle él solito”, dicen hasta los porteros por los pasillos de la sede, repitiendo las frases de sus barones. Pobre Sánchez, no tiene factores inhibitorios del ridículo. Va a terminar como el rosario de la aurora.

3. Cuando a don Ramón Gil-Roldán le preguntaban sus amigos de Madrid por qué le llevaba tabacos puros a los ujieres del Congreso, don Ramón les respondía: “Cállese usted, hombre, ¿no ve que éstos pueden ser los futuros gobernadores civiles de Canarias?”. España, en sus colonias, siempre acababa colocando a los porteros. Fíjense, si no, en Macías Nguema, en Guinea, que era conserje de la delegación del Gobierno de Malabo y lo hicieron presidente. Pues Sánchez se ha ido a hablar con Antonio Costa, que no tiene izquierda independentista en Portugal, sino otra normal. Y no se entera el tío. No tiene ni idea.

achaves@radioranilla.com